Nati Gavira - PUERTA GIRATORIA

El insomne

Hay un hombre en el gobierno de Ambrosio que no duerme por la inoperancia de sus socios. Su lealtad le impide dejar el barco

Hay un hombre que no duerme en el gobierno de Ambrosio. Es una persona formada, documentada, con empatía y serenidad suficiente como para desarrollar un trabajo ilusionante al frente de su área municipal, pero padece episodios de insomnio desde que tiene que someter decisiones de calado a la inoperancia demostrada de sus socios y sin poder obviar del todo a la cosa Ganemos . El hombre, no consigue ser devuelto al plácido sueño del profesional solvente que no debe a nadie ni un café. Es observador distante y a la vez demasiado cercano como para no pensar en abandonar un barco que sabe a la deriva, aunque sepa taponar vías de aguas y seguir adelante. No es el desengaño lo que inquieta al insomne aunque gradualmente lo veo pasar del cansancio a la rabia y, esperemos, que no enfile el abandono. Ganas no le faltan . El sentido de la lealtad es lo que frena esta tentación. Esa salida hacia la vida ganada y plácida tendrá que esperar por responsabilidad, no porque el siguiente envite electoral le parezca estimulante.

Su insomnio es mi certeza : en la política local es más difícil cada vez la convivencia entre la idea de servicio público y la supervivencia de partidos. Hay batallas electorales que empiezan a gestarse y la gestión de la ciudad no es más que una excusa para parapetarse tras los cargos, en su mayoría asignados desde las sedes de los partidos sin ninguna correspondencia con méritos o capacidades.

La tensión comienza a mascarse a unos pocos meses para el ecuador del mandato más anodino de cuantos recuerdo. Temen que falten sillones porque desde las sedes el ruido de fondo se empieza a oír. En IU, donde más; aunque recurran al dinamismo mediático a fin de posicionarse, mientras se creen los salvadores de la causa municipal alternando radicalidad y prudencia , según toque. Esta simulada acción o acciones fallidas como capítulos previsibles de una novela mala describen parte del desánimo y de la desconfianza hacia una remontada que quita el sueño a alguien en Capitulares.

A lo insustancial que le provoca desvelo hay que sumar el escaso sentido del ridículo que acompaña a los integrantes de Ganemos, ese otro factor de desánimo. Llegaron al Ayuntamiento con la seguridad de quien posee toda la verdad y nos muestran cada vez más un sentido casi pueril de la política . Qué quedaría de ellos sin Iglesia. Sin algaradas anti-curas, no son nada; sin recrear las dos Españas no tienen espacio, pero creen que han inventado la política y cerca está un orden nuevo de justicia y paz.

Y en medio están alguien que padece insomnio y en medio está la ciudad . La perplejidad es el síntoma que comparten. Aunque a veces todos sentimos la somnolencia que envuelve el pasito lento de la ciudad, estamos todos deseando despertar de un mal sueño. Por favor, que no sea en forma de campaña electoral .

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