Crónicas de pegoland

Lo innecesario

El caso de Eva Timoteo tenía malita cara desde el principio

Eva Timoteo, durante su dimisión ABC
Rafael Ruiz

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Sostenía El Gallo —un torero, ya pueden criticar— que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Sucede que la vida coloca en situaciones donde lo único que toca es elegir entre lo malo, lo peor y lo chunguísimo. El asunto de la ya exconcejala Eva Timoteo tenía, desde el primer momento, malita pinta por más que desde el gobierno municipal intentasen apuntalarla quitándole galones, que vaya manera de apuntalar a nadie haciéndola responsable de casi nada.

Decimos gobierno por no decir PP, porque lo de Ciudadanos no es que haya sido precisamente un coro de góspel cantando « Eva, quédate » a voz en cuello en las Tendillas. Acaba de entender la exconcejala y procuradora, supongo, que en política hay adversarios, enemigos y compañeros de partido, según la célebra cita de Andreotti . Traigamos a colación el clásico de Adenauer : «Hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los mortales y los compañeros de partido». «Al suelo, que vienen los nuestros», que decía con gracia Pío Cabanillas . En este caso, los silencios han sido atronadores.

Lo de la anterior responsable de los servicios sociales municipales no era tanto moral o legal como práctico . Quedarse en estas circunstancias le hubiera colocado una diana en la espalda, ganas de tener un problema todos los días. Se mezclaba el asunto del dinero con la política, mal asunto . Ni mil informes legales exoneradores te salvan en estos tiempos si hay un duro de por medio, sobre todo, cuando ese duro está en tu cuenta corriente. Los suyos en Ciudadanos — almas cándidas — apelaban a la buena fe como argumento elemental. Sí, en estos tiempos que corren. Unas criaturitas del Señor, correcto.

Las cosas como son. Políticamente, los de Izquierda Unida han pegado una cornada de tres trayectorias (dos para allá y una para acá, doctor). Han hecho lo que tendríamos que haber estado haciendo todos los demás: controlar al equipo de gobierno en un caso, además, que contaba con rastros documentales suficientes. Resumiendo: aquello por lo que se les paga. La duda ha sido si todo lo que ha venido después ha sido tremendamente innecesario sabiendo todos, como más o menos podíamos intuir, que esto iba a acabar de esta manera.

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