Coronavirus en Córdoba

Los ingresos de Covid-19 disparan la petición de ayuda a los servicios sociales del Reina Sofía de Córdoba

El 40 por ciento ya de los pacientes atendidos son por ingresos de coronavirus

Trabajadoras de los servicios sociales del Reina Sofía ABC

P. García-Baquero

El paso por una hospitalización por Covid-19 , por un aislamiento, una enfermedad grave, procesos de quimioterapia, un trasplante o un accidente pueden dar un giro de 180 grados a la vida de cualquier familia. El brete de una intervención quirúrgica como la colocación de prótesis de caderas en una persona octogenaria por una caída puede ser un punto de inflexión para que una persona precise de atención domiciliara o de una residencia donde pueda ser atendida. El Covid-19 provoca un aislamiento de los pacientes y sus familiares.

En todos estos casos, se hace aún más necesaria la actuación de los servicios sociales del propio hospital Reina Sofía de Córdoba, de los que un 40 por ciento de usuarios son pacientes de coronavirus . Un equipo de ocho trabajadoras sociales que se ponen en el lugar del otro para poder dar la mejor solución ante problemas que cambian vidas. Desde hacer viodeollamadas a los hijos de los pacientes que no pueden visitarles ni saben usar la tecnología a buscar una plaza en una residencia para quien ya no puede seguir en su casa a la vuelta del hospital.

Sólo en 2019 este grupo atendió a más de 9.000 pacientes . Este equipo profesional se encarga de que antes de que un paciente reciba el alta hospitalaria tenga las condiciones óptimas para volver a su domicilio -sin que eso vaya a agravar su estado- o a otro lugar donde pueda recuperarse y ser atendido en las mejores condiciones posibles.

La responsable de coordinar este equipo de Servicios Sociales del Hospital es Marisol González , que a su vez tiene hilo directo con los técnicos del resto de Administraciones públicas como ayuntamientos o Junta. En muchas casos, explica esta profesional con más de 20 años en esta unidad, son las mismas familias las que vienen buscándoles para atender la situación que se les ha presentado y que no saben cómo abordar.

Esta trabajadora social reconoce que hay mucha variedad en las situaciones que atienden. Desde personas sin hogar a las ingresadas en salud mental que les dan el alta pero hay que seguir muy pendientes de ellas y saber si el aporte familiar es insuficiente o están solas. Sobre todo, si son dependientes.

El trabajo para acceder a sus problemas es arduo. Como dato, sólo una de esas 9.000 entrevistas que se hicieron a estos usurarios el pasado año requieren más de 30 minutos . No son pacientes sólo de la provincia sino que llegan incluso de Canarias. Marisol González cuenta que su tarea es hablar con ellos , saber cuáles son las necesidades que tiene, con qué apoyos cuenta, qué recursos hay disponibles y a cuáles podría acceder esa persona.

Con el Covid-19 ha cambiado todo a peor. Según explica, «lo que vamos viendo a raíz de la pandemia es que la crisis social y económica que ha generado se nota muchísimo. A la hora de pedir recursos públicos hay cita previa o hay que hacerlo telemáticamente, y eso para algunos ya es una dificultad». La pandemia ha provocado que «haya subido mucho la necesidad con la búsqueda de tecnología , y los pacientes las dificultades son distintas: hay pacientes Covid aislados que no se manejan con la tecnología o tienen demencia y no pueden comunicarse con sus familias».

Testimonio: «No puedo atender a mi mujer todo el día porque trabajo por turnos»

Luis (nombre bajo el que se esconde un hombre usuario de los servicios sociales del Reina Sofía) cuenta cómo las trabajadoras sociales del hospital le han cambiado la vida. Cómo se la han hecho más fácil. Con apenas 60 años , este hombre que trabaja a turnos -mañana, tarde o noche- en una empresa industrial se le paraba el mundo cada vez que su esposa salía de Salud Mental .

Una mujer a la que un linfoma y un derrame cerebral de un hijo durante una intervención quirúrgica la llevaron a caer en un pozo de depresión del que no llega a recuperarse. Ingresada por enésima vez en Salud Mental tras varios intentos de autolesión , cada vez que le daban el alta su marido estaba con el alma en vilo si se iba trabajar y la dejaba sola.

En uno de los constantes ingresos en salud mental del Hospital Provincial, una de las auxiliares, Chari, según cuenta Luis, «fue la que me veía que no podía abordar esa sitaución yo solo». «Ella me abrió los ojos y me condujo a las trabajadoras sociales del Hospital Reina Sofía para que analizaran cuál podría ser la mejor solución al alta de mi mujer; estaba claro que no podia estar pendiente de ella 24 horas al día porque tenía que trabajar y mi sueldo no daba para meter ayuda en casa . La unidad de trabajo social del centro hospitalario analizó la situación en la que estábamos y antes de que le den el alta -está en fase de recuperación- ya tienen preparada una plaza en una residencia en Posadas».

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