Un informe genérico sirve para justificar que dejar quemar a Cosmos no es sano

El informe científico encargado por la Gerencia de Urbanismo para dar cobertura sanitaria a la medida de prohibir el uso de combustibles alternativos en polígonos industriales (estén o no cerca de la población) no hace referencia ni a la cementera Cosmos , ni a sus niveles de emisión, ni a las empresas que ya están utilizando residuos para esta finalidad. El documento, firmado por la empresa Emasig , es una valoración genérica de qué supondría que este tipo de actividades se desarrollasen suelos de la campiña pero no una proyección de lo que está suciendo en la realidad.

El consejo de la Gerencia de Urbanismo se reunirá de urgencia el próximo lunes para conocer el documento técnico inicial que se remitirá a la Junta para su valoración. El documento que se presenta no cita a Cosmos por su nombre en ningún momento. Ni siquiera tiene en cuenta las emisiones que actualmente tiene autorizadas por Medio Ambiente la fábrica o los controles que se autorizaron en su momento para evitar las afecciones a la población.

Tampoco dispone de mediciones actualizadas (hace referencia a las establecidas en 2014) en las redes de la Consejería de Medio Ambiente , en un momento en que la cementera todavía usaba un solo combustible, el coque de carbón . De hecho, no existe un listado de industrias que quemen residuos no peligrosos en sus procesos fabriles. Directamente, asegura que no hay ninguna que no tenga licencia urbanística en vigor. Sindicatos como UGT ya han advertido que ese dato no se corresponde con la realidad dado que el uso de calderas con elementos como la biomasa son cada vez más frencuentes en los procesos fabriles.

El dictamen afirma que sacar a este tipo de industrias de todos los polígonos es bueno para la salud. La normativa actual permite que se queden en polígonos industriales cuando queda acreditado que su uso no tiene un impacto significativo. Con la nueva redacción, siempre tendrán que estar en suelo no urbanizable de la campiña . Ello reduce la población potencialmente afectada a unas 4.000 personas frente a las más de 300.000 de la actualidad . Una curiosidad es que algunas de las zonas disponibles se encuentran a escasos centenares de metros de barrios poblados. Por una razón: Urbanismo no ha previsto un anillo de seguridad en torno a las zonas pobladas.