AYUNTAMIENTO

La inestabilidad del «tripartito» en el Ayuntamiento de Córdoba cumple dos años

El mandato consume su primera mitad con múltiples polémicas, sin apenas resultados y un buen número de líos internos

El primer teniente de alcalde (IU) la regidora (PSOE), con el portavoz de Ganemos (al fondo) V. MERINO

RAFAEL RUIZ

ESTE miércoles , la corporación municipal que salió de las elecciones locales habrá consumido sus dos primeros años . La progresiva cercanía de los comicios de 2019 debería, en buena lógica, instaurar un cierto nerviosismo en las filas del gobierno municipal -formado por PSOE e IU - y apoyado por Ganemos . La cuestión es que si algo le ha sobrado a esta etapa municipal han sido nervios y querellas.

Isabel Ambrosio no ha tenido una semana tranquila desde que tomó posesión de Capitulares 1, primera planta. Y no es que la prensa, determinada prensa, sea muy mala. Es que algunas de las bofetadas más gordas se han dado de puertas adentro. Por poner un ejemplo, la mayor crítica , la más dura, de la gestión de un acontecimiento tan complejo como la Semana Santa de 2017 -miles de visitantes, un nuevo escenario de seguridad- vino de IU.

Ambrosio habla con el edil de Seguridad (PSOE), ante otros concejales socialistas V. MERINO

La llegada del ecuador del mandato ha traído sorpresas. En concreto, con la órbita del tercero en liza, Ganemos , que no está en el gobierno pero está. Los socios de investidura de Ambrosio han recorrido una línea curiosa. Quisieron entrar en el gobierno pero votaron no . Luego pidieron entrar pero no les dejaron .

Han sido una muleta imprescindible de PSOE e IU , a los que proporcionan una mayoría absoluta por anexión. Incluso con unas poco creíbles amenazas de ruptura que, efectivamente, nunca se consumaron cuando de negociar presupuestos y ordenanzas se trataba.

El problema de lo que va de mandato es de retos y de objetivos cumplidos . El cogobierno se ha comido algún marrón -el Urban Sur , el Centro de Convenciones - pero ha tenido la oportunidad de revisar la práctica totalidad de las decisiones abiertas por el PP que se le legaron. Con una ventaja, y es que no ha tenido que lidiar con una situación presupuestaria de infarto. Ha dispuesto desde primera hora de cierta liquidez, una economía saneada y posibilidades de invertir con recursos bancarios.

Sin embargo, ha sido el primer gobierno que comunicaba que no tenía obras en marcha , como ocurrió hace escasos meses. El famoso plan eléctrico se ha convertido en una iniciativa de bajo voltaje. El cercanías se promete y se negocia pero sin una fecha razonable de puesta en marcha. El turismo va como un tiro pero no por causas municipales -como ocurrió con el PP-.

Dos años desde las elecciones anteriores implica que quedan otros dos para las próximas. Habrá más presión porque se han prometido cosas. El tiempo se agota .

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