ESPACIO PÚBLICO

Incertidumbre entre los artistas callejeros de Córdoba por la nueva ordenanza que regula su actividad

Hoy finaliza el plazo para solicitar autorización y denuncian que los criterios son ambiguos y subjetivos

Un músico callejero toca la guitarra en una calle de Córdoba VALERIO MERINO

I. C.

De forma temporal y rotatoria. Por un periodo de seis meses renovables y un máximo de cuatro años, previo pago de una tasa simbólica de algo más de 50 euros cada seis meses. En zonas restringidas ya estipuladas por el Ayuntamiento y sólo si el área de Seguridad concede al solicitante la autorización pertinente. Son sólo algunas de las claves de la nueva ordenanza de artistas callejeros . Hoy acaba el plazo para solicitar autorización y lo que vendrá a continuación es, para los beneficiados o afectados, un enigma.

Con esta medida, el Consistorio, a través del área de Seguridad, dirigida por Emilio Aumente (PSOE), pretende regular algo que es una realidad de facto. El principal motivo en el que se fundamenta es el de disminuir los posibles perjuicios que la expresión artística callejera ésta pueda generar al uso común del espacio público, sobre todo en la zona del Casco Histórico. Inicialmente, el Ayuntamiento quiso limitar a 22 plazas las disponibles para artistas callejeros, una decisión a la que dio marcha atrás tras escuchar la opinión del colectivo de músicos. Y los músicos lo agradecen, pero ahora son otras las quejas y las dudas que rondan sus cabezas.

El plan actual dispone una serie de emplazamientos que se repartirán entre los solicitantes sin que se prevea establecer, en principio, una cifra límite de solicitudes u otorgamientos. La duda es, ¿ con qué criterio se decidirá el reparto de estos lugares? ¿Puede quedar fuera de esta «bolsa» de artistas callejeros alguno de los solicitantes? La convocatoria especifica que el otorgamiento de las autorizaciones se hará previa ponderación de los intereses públicos y privados de acuerdo con una serie de criterios que a juicio de los afectados resultan vagos y altamente subjetivos.

Criterios poco claros

Para empezar, no se establece un sistema de baremación que permita una ordenación por puntos de la que pueda desprenderse la prioridad de uno u otro solicitante. Aunque para la obtención del título habilitante se hace necesario adjuntar a la solicitud una «prueba» de la actividad o currículum, la intención del Ayuntamiento es no ser restrictivo ni someter a examen a los concurrentes. Los criterios que se tendrán en cuenta a la hora de valorar las solicitudes son tan ambiguos como «beneficios que reporte a la ciudad». Sin embargo, el reparto de espacios debe hacerse, y aún no se sabe en base a qué. Klara Gomboc , la violinista de la Puerta del Puente, considera que «en las bases se pasan por alto muchas cosas que tendrían que tenerse en cuenta y ponderarse». Por ejemplo, el hecho de que la actividad artística que se realiza sea la principal forma de vida del sujeto en cuestión, como es su caso.

Aunque los artistas consultados coinciden en señalar que era necesario regular su actividad de alguna forma, afirman que el Ayuntamiento se ha equivocado en las formas. Los artistas callejeros se mueven no sólo por la ciudad, sino también por otras localidades, por eso lamentan que exista un plazo con fecha de caducidad para solicitar autorización, lo que a priori impedirá que puedan solicitarla otros artistas que lleguen a Córdoba con posterioridad. «En Barcelona, por ejemplo, existen autorizaciones temporales para músicos que están de paso», explica Balti, uno de los músicos callejeros que ha solicitado su autorización.

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