Cultura

La imagen icónica de la exposición sobre el Mediterráneo cristiano ya está en Córdoba

Eligen una pieza que se puede ver en el Museo de San Vicente: una placa-nicho

Museos internacionales cederán obras para la gran exposición internacional

La placa-nicho con venera y crismón, en el centro Valerio Merino

Rafael Ruiz

La imagen icono de la exposición del Mediterráneo cristiano, la que servirá como imagen publicitaria y se colocará en los principales elementos de la muestra, nunca ha salido de Córdoba. De hecho, se podría decir que ha estado de doce a trece siglos bajo Córdoba y que lleva casi un siglo a la vista de quien quiera verla. Para los cordobeses, de hecho, es gratis porque está en la Mezquita-Catedral, en el Museo de San Vicente.

La elección se corresponde a la comisaria de la muestra, la experta en el mundo tardoantiguo Alexandra Echevarria, que es profesora en Bolonia. Y es una placa nicho (de estilo emeritense, dicen los estudios) que es uno de los pocos fragmentos que se recuperaron del subsuelo de la Mezquita-Catedral en la intervención que realizó Félix Hernández en los años treinta. Se puede ver junto a un fragmento de un bajorrelieve que perteneció a un costeado sarcófago romano (en la parte superior de la imagen).

Las placa-nicho como las que se hallaron en Córdoba aparecen en lugares asociados al culto del mundo tardoantiguo. Se trata de piezas de piedra que tienen tamaños variables. La de Córdoba tiene el tamaño de la portada de un libro de gran formato.

Reexcavación del Patio de los Naranjos Valerio Merino

La decoración está inequívocamente ligada al cristianismo de la época. Consta de una venera que es el nombre correcto de la concha de la vieira que no es, ni de lejos, un símbolo de las peregrinaciones actuales. Dispone de un crismón grabado , que es otro de los elementos esenciales. El crismón es un símbolo que se realiza con la primera letra y la última del nombre de Cristo en griego (que venía a ser Χριστος ). Los brazos de la chi (la grafía X griega ) se encuentran tallados e incumpletos. En el caso de Córdoba, tiene también la primera letra y la última del alfabeto griego, alfa y omega, que significan la universalidad, el principio y el fin, la promesa del apocalipsis.

Cuando aún existía el convenio entre la UCO y la Gerencia de Urbanismo para el estudio de la arqueología, se publicó un artículo comparativo de esta pieza con otras similares de su entorno firmado por José María Bermúdez. Explica sus elementos principales, las formas de uso y, sobre todo, su significación. Explica que existen influencias de Constantinopla en la factura final.

Las placas-nicho eran elementos ornamentales de simbología religiosa. Se colocan, según este estudio, en la zona del ábside. Es decir, cerca del 'sanctuarium' . Según ese artículo estaban ligados a cierto desarrollo del imaginario de rechazo al arrianismo, que fue una de las herejías más importantes del primer cristianismo. La doctrina de Arrio fueron tremendamente populares en la época y reprimidas por la ortodoxia cuando fueron derrotadas.

Como todo lo que ocurre con San Vicente , existen partidiarios y detractores. La aparición en las excavaciones de la pieza siempre ha sido un argumento relacionado con la presencia de una edificación de carácter religioso, llámase como se quiera. Otros autores creen que pudo aparecer allí tras un expolio.

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