Empresas

Iluminaciones Ximénez: Viaje al centro de la luz de la Navidad desde Puente Genil

La compañía instala alumbrado festivo en todo el mundo y se ha consolidado como una de las cinco empresas más grandes del globo en el ámbito de la iluminación decorativa

«Showroom» con alguna de las creaciones de las empresas de Ximénez Group Valerio Merino

Rafael Verdú

El holding Ximénez Group , formado por cinco empresas con sede en Puente Genil (Iluminaciones Ximénez es la principal y el origen de esta historia de éxito), está considerado hoy como una de las cinco empresas más potentes en todo el mundo en el ámbito de la iluminación decorativa. Es el responsable de la decoración navideña de prácticamente todas las capitales y grandes municipios del país (unos 200 contratos solo en la campaña actual), y monta las luces también en sitios tan lejanos como Nueva York, Singapur, Moscú o Milán. A punto de cumplir 75 años , Ximénez Group va ya por la tercera generación de propietarios y basa su éxito en un modelo de negocio que ha sabido conjugar los beneficios de una empresa familiar con una creciente internacionalización.

Hace ya tiempo que Ximénez Group copó el mercado nacional. Un estudio de la cátedra Extenda de la UCO indica que controla el 70 por ciento de la cuota de mercado nacional en iluminación decorativa. Gana prácticamente todos los concursos públicos a los que se presenta, que incluyen el alumbrado público de Navidad, pero también las grandes ferias como Sevilla, Córdoba o Jerez , y otros eventos periódicos como las Fallas de Valencia. En el ámbito de la empresa privada, Ximénez Group decora centros comerciales y grandes cadenas de tiendas. Uno de sus mayores éxitos es la iluminación de varios establecimientos de las joyerías Tiffany’s en EE.UU.

Francisco Jiménez Valerio Merino

En la práctica, la empresa de Puente Genil no tiene competencia en el mercado nacional, pese a que existen en torno a un centenar de empresas, según el presidente de la firma, Francisco Jiménez , hijo del fundador de la empresa. Todas ellas «viven bien y avanzan», asegura el líder de la segunda generación, pero «no tienen capacidad» para enfrentarse a grandes proyectos «que no puede hacer una empresa con cuatro empleados». La relación con los demás negocios del sector es, dice el presidente, buena, hasta el punto de que «yo tengo a más de 10 subcontratadas». El caso es que a Ximénez Group el país se le ha quedado pequeño.

Dos soldadores ultiman el esqueleto metálico de una decoración navideña esta semana en las instalaciones de Ximénez Group en Puente Genil Valerio Merino

A comienzos del milenio, la tercera generación de la familia Jiménez dio el salto al mercado internacional. El proceso no fue fácil. Había que convencer no sólo a los clientes exteriores, sino incluso a los propios dueños de la empresa, reticentes a cambiar un modelo que funcionaba. El principal responsable de aquel movimiento fue Mariano Jiménez , el líder de la tercera generación y actual director general de todo el grupo. «No fue fácil, ni interna ni externamente. Es complicado convencer a clientes y a nosotros mismos», recuerda. Es uno de los males que aquejan al sector empresarial español: «Igual hay un poco de complejo al salir fuera, pero yo recomiendo olvidarse de eso. Hay que decidirse a salir al comercio internacional». Para Ximénez Group , una vez que se carga un camión con los elementos decorativos previamente diseñados lo mismo da llevarlos a Córdoba que a Singapur.

El despegue hacia el mundo

El año que marcó el despegue internacional de Ximénez Group fue 2004, cuando la empresa acudió a la feria internacional de la iluminación decorativa de Frankfurt . Aquel despliegue se saldó con un inesperado fracaso, como reconoce sin tapujos Mariano Jiménez. Al año siguiente volvieron a Alemania, esta vez con un espacio más grande, y se volvieron de nuevo con las manos vacías.

No era una cuestión de tamaño, sino del concepto en sí mismo. Ximénez Group ofrecía un producto que no encajaba en los estándares europeos. Hubo que destruir 100 millones de bombillas y sustituirlas por puntos LED para adaptarse a los nuevos tiempos.

Sala de diseño y creación de Ximénez Group en Puente Genil Valerio Merino

Lejos de amilanarse con aquellos dos fiascos , la compañía decidió darse un tiempo para reinventar su oferta. Tres años estuvieron en la mesa de diseño, hasta que en 2009, hace ahora una década, repitieron en Frankfurt «con una apuesta mucho más fuerte y con un departamento especializado en comercio internacional. Desde entonces hasta hoy», recuerda Mariano Jiménez. Pero para entonces el mercado internacional ya estaba dominado por otras compañías, y Ximénez Group tuvo que desarrollar un proyecto que diferenciara la marca. Había que convencer a los clientes. «Esto es una carrera de fondo, no es llegar y besar el santo. El mercado internacional no es muy accesible, hay que ser constante, pero al final se consigue si tienes un buen producto», dice Mariano Jiménez.

La diferencia: una producción integrada

Ximénez Group tenía algo que ofrecer a los potenciales clientes exteriores: una cadena de producción integrada, en la que la misma empresa se encarga de todos los procesos, desde el diseño hasta la producción, el transporte, la instalación y el desmontaje. Ninguna otra de las grandes compañías mundiales del sector trabaja así, asegura Mariano Jiménez. Lo único que no se fabrica en Puente Genil son los puntos de luz, que ya son con tecnología LED. Todo lo demás, incluida la carpintería metálica o los sistemas eléctricos, se monta en alguna de las naves que Ximénez Group tiene en la localidad de la campiña cordobesa. Eso les permite ofrecer un producto personalizado, prácticamente artesanal, diseñado desde el origen según los gustos y preferencias del cliente. Las piezas se fabrican una a una, algo imposible en un sistema de montaje en cadena como el que emplean otras compañías de la competencia, que abaratan los costes subcontratando la producción en países asiáticos con bajos costes de mano de obra, según explica Mariano Jiménez.

Mariano Jiménez, en su despacho V. M.

El director general del grupo relata cómo «nosotros fabricamos, diseñamos, instalamos y transportamos. Tenemos logística e instaladores propios, cosa que muy pocos tienen. Los demás subcontratan la instalación y ninguno tiene fábrica en su país».

Ximénez Group ofrece un producto diferenciado, pero no basta con decirlo para convencer a los potenciales clientes internacionales. Por ello, la compañía invita a sus compradores a conocer las instalaciones de Puente Genil y el proceso de fabricación integral. Así es como poco a poco se ha ido haciendo con un hueco en el mercado internacional, que ya supone el 30 por ciento de la facturación del holding y que Mariano Jiménez espera que alcance la mitad de las ventas en una década. Sólo así puede seguir creciendo.

De forma discreta, Ximénez arrastra una década llevando a Puente Genil clientes de más de 40 países. Todos los que han estado en la fábrica «han seguido la relación comercial con nosotros», asegura el director, aunque «cuesta convencerlos de que se crean de verdad que lo hacemos todo en España y que tenemos una fábrica propia».

Ese modelo empresarial no está exento de riesgos. Para empezar, la automatización en la producción es escasa, al tratarse de elementos diseñados a medida. Casi no hay robots en las fábricas de Ximénez en Puente Genil , pero sí mucha mano de obra, que suponen la mayor parte de los costes. La compañía pontanesa no puede competir en precio con sus rivales. «Eso se nos hace casi imposible», apunta Mariano Jiménez , «y nuestros competidores son muy agresivos con el precio».

Los trabajadores y la facturación

Pese a todo, Ximénez tiene la intención de seguir fabricando a mano sus productos en Puente Genil . Para ello cuenta con un plantilla con 380 trabajadores de media a lo largo de todo el año, si bien para la campaña de Navidad, que arranca en septiembre y termina en febrero, llegan a 500. Y todos ellos son pontaneses, lo que supone que Ximénez tienen un enorme impacto en el empleo de una localidad de 30.000 habitantes con una población activa de 21.000 personas. En estas fechas, sus fábricas echan humo y los departamentos productivos tienen tres turnos de ocho horas para trabajar las 24 horas del día, siete días a la semana.

La empresa quiere ser discreta con sus datos de facturación y los propietarios rechazan ofrecer sus balances, que sin embargo son públicos: solo Iluminaciones Ximénez, el buque insignia del grupo, facturó 18 millones en 2017, según la cátedra Extenda . El holding al completo vende por valor de unos 40 millones de euros, según varias fuentes consultadas. Su facturación ha ido aumentando a un ritmo de dos dígitos.

Interior de una de las naves de Ximénez en Puente Genil Valerio Merino

Con semejante crecimiento, la empresa se enfrenta al mismo problema que otras grandes industrias, como las de la climatización de la cercana Lucena : la falta de grandes parcelas de suelo para albergar una sola factoría con todos los procesos integrados. «Esto se nos ha quedado pequeño», y son ahora 50.000 metros cuadrados, se lamenta Francisco Jiménez. Pero el grupo ya tiene la solución a la vista, a falta de reunir la financiación. Cuenta con una gran parcela a las afueras de Puente Genil en la que en algún momento concentrará toda su producción. Tendrá 110.000 metros cuadrados, lo que la convertirá en una de las más grandes de la provincia, si no de toda Andalucía .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación