RELIGIÓN

La Iglesia de Córdoba cuenta desde hoy con siete nuevos presbíteros ordenados por el obispo

El prelado cordobés puso como ejemplo de vida orante a San Pelagio que da nombre a más de 150 instituciones

Ordenación de presbíteros en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba RAFAEL CARMONA

Jesús Prieto

La Iglesia de Córdoba cuenta desde hoy con siete nuevos presbíteros después de la ceremonia que ha presidido en la catedral el obispo Demetrio Fernández . Durante el acto se ha llevado a cabo el rito de la ordenación por el que se han convertido en sacerdotes Pablo Fernández, Isaac González, Narcisse Kouame, Bernard Huaman, José Antonio Valls, Guillermo Padilla y Fernando Suárez.

Al inicio de la homilía el obispo manifestó que el acto, más que nunca, ha estado pendiente de la voluntad de Dios ya que la pandemia por coronavirus con sus contagios y confinamientos ha ido sobrevolando todos estos días sobre la celebración. Finalmente, afirmó, «la voluntad de Dios ha sido que se celebre con normalidad».

En el acto han estado presentes familiares y amigos de los nuevos sacerdotes. Algunos de ellos han realizado viajes desde Japón, Perú, Costa de Marfil o distintos países europeos para estar cerca de los ordenados en un día trascendental en sus vidas.

La figura de San Pelagio ha estado muy presente ya que el 26 de junio es su onomástica y, por ello, el prelado cordobés ha recordado su martirio en el año 925 ya que puso de manifestó la fuerza de la fe en unos tiempos muy difíciles. Por ello se refirió al santo gallego aunque martirizado en Córdoba como «ejemplo de vida orante que da nombre en España a más de ciento cincuenta instituciones».

Demetrio Fernández también alabó el «si» que los nuevos presbíteros han dicho al Señor pese a tener otras posibilidades para construir su vida. Por este motivo indicó que «os habéis dejado seducir por Jesucristo».

El obispo mencionó algunas de las labores fundamentales que los nuevos presbíteros deberán fijar en su vida. Por supuesto, dijo, la celebración de la Eucaristía. Pero también el perdón de los pecados o la ayuda a los pobres, enfermos y necesitados. Sin olvidar, añadió, «la atención a los jóvenes, adultos y matrimonios». Les pidió que sean «humildes, generosos y misericordiosos».

El momento más emotivo de la ceremonia ha estado constituido precisamente por el rito de la ordenación . Primero la promesa de estar dispuestos a desempeñar sus funciones con respeto y obediencia al obispo. Después un largo acto de imposición de manos sobre los nuevos presbíteros por parte del obispo de todos los sacerdotes asistentes.

No hay que olvidar la colocación de la estola y de la casulla que llevarán como nuevos sacerdotes o el ungimiento de sus manos con el crisma por parte del obispo. Asimismo, como una de las partes fundamentales del rito, el ofrecimiento de la patena y el cáliz dónde cada día consagrarán la eucaristía. El abrazo del prelado a cada uno de los ordenados puso fin al rito de la ordenación.

Antes de finalizar la celebración el obispo se mostró satisfecho porque este año será fructífero en el nombramiento de nuevos sacerdotes ya que a los ordenados hoy se sumarán dos más en el mes de octubre.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación