Francisco J. Poyato - PRETÉRITO IMPERFECTO
La huelga de Aucorsa
El grave problema estructural de la empresa seguirá cuando el paro cese; lo que queda es mala política
Cuando se politiza el transporte público de una ciudad, cabe la posibilidad de acabar atropellados en un problema de orden mayor. Saber circular es tan importante como tener carné de conducir. Saber gestionar es tan determinante o más que tener un cargo público para ese desempeño. Doña María Isabel Ambrosio , alcaldesa de todos algunas veces, vino a salvar el sector público local y, por ahora, mantiene durmiendo al Metrotrén que le torpedeó al PP en la ambición ideológica de un Cercanías hasta Palma; y ha provocado la segunda huelga de toda la Democracia en Aucorsa , tras subir los precios un 2 por ciento de media. ¿Cómo se analiza todo esto desde un coche oficial mientras el cordobés de a pie lleva ya gastados unos cuantos euros esta semana en taxis para ir al trabajo o llevar a los niños al colegio...? Sí, las personas.
Aucorsa , como toda empresa pública de transportes, es tan deficitaria como necesaria. Lo ha sido desde que nació. Y lo seguirá siendo. Hay una condición estructural que le aboca a arrojar pérdidas, salvo que haya petróleo en Encinarejo o el flujo de usuarios sea descomunal, lo cual, en una ciudad con poca cultura de movilidad sostenible y mucho garbeo de coche hasta la puerta de los recados es muy difícil que suceda. Unas pocas cifras para radiografiar la cuestión. El 67 por ciento del gasto total de Aucorsa este año (casi 28 millones de euros) va a pagar a los 380 trabajadores con que cuenta (en su mayoría conductores). Si añadimos el combustible y los externos que operan en las barriadas periféricas , el 87 por ciento. Sin embargo, sólo el 40 por ciento de los ingresos proviene de su negocio: desplazar personas por toda la ciudad. El Ayuntamiento le insufla 15,5 millones (más de la mitad) para que cubra el déficit o mejore la explotación. Hagan la cuenta sin el regalito. Y le añade otros 2 millones para que compre 8 autobuses nuevos. Es decir, dos de cada tres euros, prácticamente, que entran en Aucorsa se los da la casa-matriz a una actividad en monopolio. Desde el ejercicio 2007, cuando gobernaron IU y PSOE, y hasta el presente (tras el paso del PP), el coste de personal ha subido más de un 25 por ciento en plena crisis, y las transferencias municipales, casi un 50 por ciento.
Sinceramente, y con todo el respeto del mundo a los trabajadores, consciente de los riesgos de seguridad reales que padecen, y de que prestan un gran servicio -muy palpable, por ejemplo, en la Feria de Mayo -, los argumentos puestos sobre la mesa para convocar paros parciales durante dos semanas, alguno de los cuales ya ha subsanado la empresa, están por encima del alcance real y la justificación de una huelga en un servicio tan fundamental y que acaba perjudicando a los cordobeses que asisten atónitos al espectáculo. Los problemas estructurales en Aucorsa van a seguir aunque se levanten los paros convocados mañana, y sólo una buena gestión, valiente y sacrificada, y el tiempo pueden enmendar la situación. En el mismo umbral que se ha colocado la convocatoria de protesta, y dada la foto actual de la sociedad municipal, la huelga debería ser permanente entonces. Dicho lo cual, podríamos también darle la vuelta y preguntarnos cómo a un gobierno municipal le pueden parar así el transporte público . ¿Qué ocurrirá cuando de verdad haya obstáculos...?
No se puede prometer lo que no se puede cumplir. Y una cosa es predicar en campaña y otra gestionar la realidad. Aun haciendo demagogia de privatizaciones y quiebras . Esto es, mala política. La misma que ha provocado un parón de autobuses en plena diatriba electoral, con IU y Ganemos (Unidos Podemos, a fin de cuentas), socios de la alcaldesa, azuzando por debajo, y el gerente de la cosa, el auxiliar de Policía Local en el Ayuntamiento de Adamuz, el licenciado Juan Antonio Cebrián, desplegando su «química» en el puesto que le asignaron. Yo me bajo en esta, ¿y usted...?