Hospital Reina Sofía
Los colectores de saneamiento, principal escollo en las obras del nuevo Materno-Infantil de Córdoba
Acciona y Jícar alegaron hace meses el mal estado de las tuberías y otras incidencias de calado para modificar el proyecto

La decisión de las constructoras Acciona y Jícar de parar las obras de las consultas externas del Materno Infantil del Hospital Reina Sofía , que tienen adjudicadas por 7,8 millones, se debe, argumentan, a la aparición de «circunstancias» en su ejecución que «precisan la modificación del contrato». O sea, consideran necesaria una modificación al alza del presupuesto.
Las firmas ven «justificada» la suspensión de los trabajos hasta aprobar el expediente de variación de la vinculación que les liga con la Junta. Así lo reflejan en un documento que ambas empresas dirigieron en junio al Servicio Andaluz de Salud (SAS) como entidad contratante. Los trabajos se detuvieron en julio, pero ha sido ahora cuando el Reina Sofía ha informado. El complejo sanitario asegura que las contratistas cesaron « sin autorización ni acuerdo con la Junta» la construcción. Sostiene que las modificaciones que «proponen las empresas, aunque fueran pertinentes, no llevarían aparejadas parar los trabajos».
En el texto de Acciona y Jícar al SAS, al que ha tenido acceso ABC, advierten de que el proyecto que deben ejecutar «no contemplaba la verdadera afección de las tuberías de saneamiento de los colectores norte y sur». «Es un hecho indubitado», sentencian las firmas que ganaron este concurso formando una unión temporal de empresas (UTE).
Restos arqueologicos
Igualmente alertan de que Emacsa (sociedad municipal de aguas) «ha condicionado» su autorización para la intervención en la red de saneamiento al cumplimiento de las normas de las instalaciones y «está acreditado que el diseño del proyecto no cumple dichas normas». Además, en la parcela donde se harán las consultas externas, siguen esta dos empresas en el documento remitido al SAS, han aparecido restos arqueológicos que han llevado «a ejecutar las excavaciones con control arqueológico».
Creen ambas sociedades que todas estas cuestiones, «no contempladas en el proyecto», «probablemente debieron ser conocidas por el contratante y los autores de dicho proyecto antes de la licitación». Por la «afección» de las reseñadas «circunstancias», defienden Acciona y Jícar, es «preciso modificar el contrato ». Es, sostienen, «un hecho objetivo y reconocido por el SAS y la dirección de obra». Aunque, por lo recogido en el texto, discrepan en el alcance de los cambios en la vinculación.
En junio advirtieron de que la obra debía detenerse para tramitar un modificado
Acciona y Jícar señalan que la dirección de obra les mandó una contestación previa en la que ésta les plantea su postura para un modificado -corrección al alza del presupuesto- para ejecutar el colector sur mediante un sistema de hinca. La respuesta de la dirección facultativa de los trabajos es que «no ha habido acuerdo entre los precios elaborados [por ella] en base a ofertas solicitadas para dicho sistema y los exigidos por la UTE. Ante ello, se mantiene la solución recogida en el proyecto con los inconvenientes en la ejecución que ello acarree».
Las dos empresas replican que «siempre» han defendido la «necesidad» de un expediente de modificación del contrato que «englobe la totalidad de variaciones necesarias ; no sólo la del colector sur, como la dirección de obra sostiene». Y recuerdan que «no estamos obligados» a aceptar los precios que «unilateralmente» presente la dirección de obra.
Detallan los riesgos de seguir adelante con el actual diseño de la actuación. Si no se solventan esos imprevistos con los que aseguran haberse topado, se dará «o bien el incumplimiento de normas , o bien la generación de perjuicios a terceros o bien la imposibilidad futura de usar las instalaciones por falta de permiso de terceros». Eso sin incluir, siguen, el impacto negativo para estas constructoras si «nos viéramos obligados a ejecutar una obra distinta a la contratada».
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