DÍA DE LOS SANTOS Y DIFUNTOS

Historias de los singulares cementerios de Córdoba

Del sabor taurino y la paradoja del camposanto de la Salud a las cisternas romanas de Monturque

Escultura yacente de Manolete sobre su tumba en el Cementerio de la Salud V. MERINO

F. J. POYATO

Con la llegada de los Días de Todos los Santos y los Difuntos , los cementerios de Córdoba cobran «vida» ajetreada en sus remansos de paz habituales. Son momentos de oración, de recuerdo emocionado a los seres queridos, pero también, una buena ocasión para pasear por edificaciones y recintos con historia e historias, arquitectura y patrimonio.

En Córdoba hay muchas singularidades al respecto, pero existen dos que llaman poderosamente la atención: el Cementerio de la Salud de Córdoba capital y el Cementerio de San Rafael en Monturque .

Durante la ocupación napoleónica de España, las autoridades francesas decidieron la creación de cementerios públicos que pusieran fin a la costumbre de enterrar los cadáveres en las iglesias y aledaños. Así, se dicta un Decreto en Madrid firmado por José I Bonaparte el 4 de marzo de 1809 por el que se ordena la edificación de un cementerio en Córdoba. El terreno destinado para tal fin se situaba al suroeste de los antiguos límites de la ciudad, frente a la Puerta de Sevilla (barrio del Alcázar o San Basilio ).

Las obras comenzaron el 29 de octubre de 1810 y finalizaron el 8 de junio de 1811, importando los gastos 51.233 reales con 27 maravedises. Se construyó junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Salud , (de la que toma su nombre), edificada en 1805. Ella da nombre a la feria de mayo de Córdoba y crea la singular paradoja de invocar a la salud en lugar de descanso eterno . Incluso en un cartel a la entrada del camposanto.

El recinto se inauguró en 1811 , sufriendo sucesivas reformas (pero manteniendo su gusto neoclásico ) hasta el año 1833 en que adopta su trazado definitivo y se procede a realizar las inhumaciones de todos los fallecidos en la ciudad. En 1846, la ermita se integró en el propio cementerio conformando la fachada de estilo neoclásico conocida por todos. La vegetación en su interior es variada y de porte. Un pasillo central corta al resto de los perpendiculares que dividen al camposanto en patios entre los que se reparten panteones y lápidas, mientras que los bloques de nichos se sitúan adosados al muro perimetral.

Zona de tumbas y pantenones en el Cementerio de la Salud V. MERINO

Su sabor clásico viene impregnado también por el aroma taurino. Entre las sepulturas de personas ilustres se encuentran las de Manolete , que cada 27 de agosto recibe un homenaje público para recordar su muerte, y otros tres Califas del Toreo como Guerrita, Lagartijo y Machaquito , además del político José Cruz Conde y el periodista Rafael García Lovera.

Pero también es un cementerio no exento de la polémica sobre la memoria histórica. En él se halla una fosa común (con un muro recordatorio nominativo), en la parte posterior del mismo, en el patio San Plácido . La fosa tiene unas dimensiones de 522 metros cuadrados. Se practicaron fusilamientos en las tapias del mismo, concretamente uno de los lados está cerca de la Comisaría de Policía Local y de Bomberos de Córdoba . Víctimas totales inscritas: 3.519 de las cuales, 1685 proceden del Registro Civil de Córdoba.

Muerte bajo Roma en Monturque

Construido en consonancia con el resto de la arquitectura de la zona, el Cementerio Municipal de San Rafael en Monturque (al suroeste de la provincia de Córdoba junto a la autovía A-45 a Málaga) resulta, con sus muros blancos, una clara representación de la arquitectura popular andaluza.

Interior cisternas romanas de Monturque bajo su cementerio J. PRIETO

A diferencia de la mayoría de los cementerios pertenecientes a la Asociación de Cementerios Significativos Europeos, el recinto no tiene una gran amplitud, ni unas creaciones funerarias propias de artistas de épocas anteriores. Su singuraridad proviene de unas cisternas romanas , que otorgan al lugar una peculiaridad especial comparable con las grandezas de cementerios como el de Barcelona, Londres, Viena o Berlín .

Con motivo una epidemia, que acabo con muchos de los monturqueños en el siglo XIX , se hizo necesaria la ampliación del recinto funerario. Esta ampliación dejó al descubierto en 1885 las famosas cisternas romanas con aspecto de chimeneas, que hacen que este camposanto tenga un aspecto tan fuera de lo común. De entre todo el conjunto, por sus dimensiones, destaca la conocida como «La Gran Cisterna» .

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