Lotería Navidad Córdoba | Los misteriosos décimos regalados en Fuente Obejuna

Hace ya más de 15 años que el ‘Calvo de la Navidad’ no protagoniza el tradicional anuncio del sorteo del Gordo. El actor británico Clive Arrindell ‘vendió’ la lotería navideña sólo durante siete años, entre 1998 y 2005, pero su imagen se hizo tan popular que aún hoy se le recuerda . Desde entonces, Loterías y Apuestas del Estado realiza cada año anuncios diferentes que suelen buscar la emoción fácil. Este año. compartir un billete es el lema de la campaña. Sólo es un anuncio ficticio, pero se ha hecho realidad en Fuente Obejuna.

Desde hace unos días han empezado a aparecer décimos de la Lotería de Navidad en algunos puntos de la población que entrega algún donante anónimo con algún sencillo mensaje. Exactamente igual que en el anuncio de este año, pero a menor escala. El lotero local Anastasio García fue el encargado de vender los billetes aunque no sabe quién se los llevó. Pero recibió uno de estos regalos con un mensaje: «Para mis loteros favoritos. Porque sí. Por si acaso. Porque os lo merecéis». La idea, sea quien sea la persona que la esté llevando a cabo, es la comidilla del pueblo. Porque los billetes han llegado a quienes más los necesitan. Los trabajadores del mercado, los de una empresa y hasta a una familia que perdió su vivienda en un incendio.

Es una de las curiosidades más simpáticas de la Lotería de Navidad que recuerda Anastasio, pero no la única. Regenta una administración familiar que lleva abierta más de 40 años . Él se hizo cargo del despacho junto a su hermana en 2017, y en tan poco tiempo ya ha repartido premios de varias clases ; el más importante , los 19 millones de euros que alguien ganó en su administración con otro ‘Gordo’ , el de la Primitiva, en 2018.

Anastasio y su hermana obtienen su sueldo anual básicamente con la Lotería de Navidad , ya que durante el resto del año los ingresos llegan con cuentagotas. Para ello, tienen que recorrer continuamente la comarca vendiendo décimos navideños pueblo por pueblo, donde ya los conocen. «La Navidad compensa porque vendemos en muchos pueblos por aquí y también salen fuera los décimos. Las ventas van subiendo por los premios que hemos dado», asegura.

Para tener esa fidelidad, Anastasio hace 400 kilómetros en coche cada semana y hay meses en que pierde dinero . Pero, asegura, «compensa tener a esos clientes fieles para la Navidad, porque te llaman también las hermandades o asociaciones... Te pegas seis meses a pérdidas para luego intentar recuperar».