DÍA DE LA HISPANIDAD

La historia de valor del agente Gallardo en Añora: «El humo no dejaba ver nada, sólo me guié por sus gritos»

Dos agentes condecorados con la Cruz al Mérito con distintivo Blanco relatan cómo lograron sus distinciones

Agente Gallardo, condecorado con la Cruz al Mérito con distintivo Blanco de la Guardia Civil VALERIO MERINO

P. G-B.

El pasado 25 de diciembre cuando el agente Rafael Gallardo, que iba de patrulla, fue alertado por unos vecinos de un incendio. Llegó y abrió la puerta de una casa de la que salía humo en Añora. El fuego le pegó una bofetada. Lo primero que vio en el suelo fueron dos perritos que habían fallecido , y otro, un poco más grande, que huía de las llamas . Dentro, las voces de un hombre de mediana edad que se había refugiado del humo en el cuarto de baño que gritaba: «¡Venid a por mi!». El humo era tan intenso que era imposible entrar por esa puerta. Buscaron junto a los vecinos una puerta trasera, que echaron a bajo, y después de pasar dos o tres minutos y viendo que no habían llegado los bomberos, el agente no dudó en tirarse al suelo e ir reptando sin apenas visibilidad guiado sólo por las voces de socorro del propietario de la vivienda.

De esa forma, sin apenas poder respirar, y poniendo su vida en riesgo logró rescatar al hombre , sacarlo del baño a gatas, y conducirlo a la calle, sano y salvo. La mejor distinción para este agente fue poder salvar una vida, reconoció ayer tras ser condecorado con la Cruz al Mérito con distintivo Blanco .

Teniente Ruiz Naranjo, condecorado por esclarecer un robo con violencia VALERIO MERINO

El jefe de la Unidad de Policía Judicial, teniente Francisco Ruiz Naranjo, ha sido junto al equipo de Delitos contra el Patrimonio, otro de los condecorados con esta distinción. En este caso, él y su grupo lograron esclarecer un robo con violencia a un empresario que venía a vender una cisterna de aceite a Priego de Córdoba . Ruiz cuenta cómo los ladrones engañan a la víctima y en vez de transferencia bancaria le pagan en metálico 95.000 euros en un bar. Al salir del bar, este empresario se metió en su coche y otros dos individuos lo abordan, le pegan una paliza y le quitan el dinero.

Aunque era complicado unir la autoría material y la autoría intelectual , según Ruiz, logran atar cabos y comprobar que los compradores y los ladrones estaban en connivencia . Los cuatro ingresaron en prisión. Se les intervino los vehículos, se les bloquearon las cuentas y sus propiedades. Reconocieron los hechos, fueron condenados, devolvieron el dinero robado e indemnizaron a la víctima .

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