PATRIMONIO
La historia desde la torre de Pedroche
La localidad del norte de la provincia celebra los cinco siglos de existencia de su torre parroquial de toda la comarca generada por las históricas siete villas
Historia, arquitectura e identidad son algunos de los elementos que de un simple vistazo cualquier persona puede ligar a la torre de Pedroche , un emblema de la localidad que durante este año de 2020 celebra sus cinco siglos de historia . Una efeméride que el Ayuntamiento de Pedroche viene conmemorando con actividades en torno al monumento y en la que destacan las visitas guiadas que se vienen celebrando desde el inicio del año. Unas iniciativas turísticas y culturales que van más allá de conocer la torre, ya que permiten adentrarse en parte de la historia de Pedroche y en el eje arquitectónico y patrimonial que conforman el convento concepcionista, la ermita de Santa María del Castillo y la propia torre parroquial.
La construcción de la torre, Monumento Histórico Artístico Nacional desde 1979, comenzó a realizarse en el año de 1520 utilizándose los materiales del castillo árabe que se ubicaba en dicho espacio y que fue derribado por los propios vecinos en tiempos de los Reyes Católicos evitando las disputas por hacerse con el control del mismo de varios señores.
Un hecho que tiene su extensión en la representación teatral que volverá a llevarse a escena este verano. De ahí parte la historia de una construcción que lleva la firma, entre otros, de Hernán Ruiz II , arquitecto que también transformó el campanario de la Giralda, y que no se limitó a ampliar los cuerpos de la torre, sino que aportó su sello particular en elementos como la ventana del reloj, que rompe con la austeridad del resto de la construcción; las escaleras de caracol y otros elementos decorativos que son constitutivos de la edificación. Juan de Ochoa, arquitecto del Cabildo , fue quien acabó la construcción.
La imponente torre, de 56 metros de altitud, pone de relieve también el peso económico, social y de poder que tuvo Pedroche en la época. La entrada a la misma ya deja un reflejo de esta cuestión con los vestigios que quedan de un proyecto aún mayor, la torre como extensión de la iglesia de El Salvador , una idea que finalmente no se llevó a cabo. El ascenso por el interior de la torre permite al visitante ver las marcas de cantero que servían para determinar dos cuestiones, dónde iban a ir ubicadas y cuánto cobrarían los canteros, así como los escalones de una única pieza que componen los dos tramos de escaleras de caracol.
Tras subir esos tramos, queda a la luz una espectacular vista de la dehesa de Los Pedroches, del núcleo urbano de Pedroche y de lo que un día fue la cuna de las Siete Villas . Todo gracias al trabajo culminado por Juan de Ochoa , arquitecto que finalizó la obra colocando el cuerpo cilíndrico.
Allí arriba sueña el repique de las campanas anunciando una hora más y el término de una visita al alcance de todo aquel que quiera recorrer parte de la historia de Pedroche a vista de pájaro.
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