Perdonden las molestias

Dos hechos inconexos

Si fuera Bosé, establecería una vinculación automática entre el arboricidio del Arco Bajo y el farolicidio de la Corredera

Varias familias jugando con sus niños en la plaza de la Corredera Valerio Merino
Aristóteles Moreno

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Si fuera Miguel Bosé , que no lo soy, establecería una conexión automática entre el arboricidio del Arco Bajo y el farolicidio de la Corredera que se ha perpetrado esta misma semana. En apenas un mes, la unidad de mantenimiento municipal nos ha dejado la tarjeta de visita en el barrio con una sutileza acojonante. Si ponemos los dos hechos en relación, como haría cualquier conspiranoico , se vería clarísimo que alguien está haciendo todo lo posible por desahuciarnos .

De otra manera no se entendería la inmisericorde amputación del penúltimo árbol frondoso que nos quedaba en las inmediaciones de la Corredera. Solo hay que observar ahora la estampa del banco desnudo, huérfano del verde manto protector, para entender la iniquidad del arboricidio. En Córdoba, pueden quitarnos todo . Pero arrebatarnos la sombra es un crimen de lesa humanidad .

Lo de las farolas de la plaza es un caso aparte . Esotérico , podríamos decir. Cómo adjetivar, si no, el hecho sobrenatural de encontrarte un triste foco de los chinos en el lugar donde antes había una farola diseñada por Juan Cuenca , el arquitecto de Equipo 57. Aquí la teoría negacionista de Miguel Bosé cobra pleno sentido. Diríamos que se ve con nitidez cristalina la intervención de una mano negra que se ha propuesto degradar hasta lo grotesco uno de los conjuntos históricos más sobresalientes de Andalucía.

Pero no vamos a contribuir a alimentar las típicas teorías terraplanistas que se están adueñando del planeta. Ni aún ante el asombroso modo de proceder de la presunta unidad de mantenimiento de nuestro excelentísimo Ayuntamiento de Córdoba. Que, por cierto, hace una interpretación semántica del verbo «mantener» un pelín suigéneris. Examinen, si no, el estado en que quedó el almez del Arco Bajo tras la visita de los operarios. Fueron a podar una rama en mal estado y del espléndido ejemplar no queda ni el muñón.

El mismo criterio expeditivo que aplicaron a las luminarias de la Corredera . Al parecer, se descolgó una de ellas y, en lugar de asegurar los anclajes del resto, desmontaron las 55 farolas de toda la plaza. Ahora tenemos unos sensacionales focos LED y una versión conspiranoica de los hechos muy difícil de desanudar .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación