Hablan los diseñadores de joyería: «La Escuela de Córdoba fue mi mejor experiencia académica»

«Entré en la escuela de casualidad, lo mío eran las bellas artes pero no podía permitirme una carrera fuera de mi casa, así que mi profesora de dibujo me habló de la Escuela de Joyería: pasé las pruebas de acceso y cuál fue mi sorpresa que aquello me encantó», asegura Kukka Fernández , una emprendedora que empezó su carrera a los 17 años.

«Después de mi formación en la escuela, estuve haciendo prácticas en una empresa de Córdoba en la que me quedé ocho meses más, y luego estuve en otras empresas por largos periodos, hasta que en 2006 decidí dar el gran paso y establecerme por mi cuenta», añade. Pronto dio un salto adelante y creó la marca « Kukka Design »: «Empecé vendiendo en joyerías, llegué a tener distribuidores en EEUU, Portugal y Reino Unido, pero al final, adaptándome a los tiempos, me he centrado en el cliente final y en la web». Quedó finalista en los certámenes de Las Vegas y Moscú el año pasado y ganó el de Moscú en esta última edición.

Alberto Quirós Fernandez , que es natural de Granada y la actualidad tiene 37 años, ingresó en el Consorcio Escuela de Joyería en 2003 y se tituló en 2006, «combinándolo por las tardes con el trabajo en un taller». «Mi paso por el consorcio fue muy positivo porque reforcé conocimientos ya adquiridos en un ciclo superior anterior y amplié conocimientos y, algo que considero importante, me inicié en el diseño 3D », afirma este orfebre. «La escuela me brindó la oportunidad de realizar varias entrevistas con gente interesada en mi perfil: me decidí por una de las empresa en la que estuve en plantilla desde 2006 a 2013, año en el que me hice autónomo asentado de nuevo en mi ciudad, Granada».

Por su parte, Cristina Angulo señala que «mi paso por la escuela fue la experiencia académica más satisfactoria que he tenido sin duda, recuerdo que fueron de los años más bonitos que he vivido», afirma Cristina Angulo, que desde hace cinco años trabaja para la prestigiosa firma Carolina Herrera, «que se puso en contacto conmigo para el puesto de diseñadora de joyería, implantando en el departamento de accesorios el diseño 3D».

Reconoce que su experiencia en la Escuela de Joyería fue inolvidable: «Los profesores tienen mucho nivel, las instalaciones de última tecnología, el material para trabajar muy bueno, y dispone de unos planes de estudios de altura: su avanzada oferta en 3D fue de las cosas que más me llamó la atención», añade.