Agricultura
La guerra en Ucrania revitaliza el girasol como un cultivo en crecimiento en Córdoba
Los productores esperan un aumento de las zonas sembradas ante la necesidad de la industria
La invasión llena de zozobra a la actividad agraria en plena subida de insumos
A lo largo de la última década las fincas agrarias dedicadas al girasol ha ido perdiendo presencia en la campiña cordobesa debido a una profunda crisis de precios que ha azotado a este cultivo, lo que ha empujado a muchos agricultores a apostar por otros productos con una mayor rentabilidad, como es el caso del olivar o el almendro. Sin embargo, todo parece que este año la tendencia va a cambiar debido a la invasión rusa de Ucrania.
Este país es uno de los principales importadores de la semilla con la que se elabora aceite de girasol en la provincia . Como consecuencia del conflicto, se ha incrementado la demanda de esta grasa vegetal por el temor al desabastecimiento, lo que ha traído consigo una importante subida de las cotizaciones. Ante esta situación hay supermercados y grandes superficies que han limitado la compra de este producto a sus clientes.
Las organizaciones agrarias y los representantes industriales consultados por ABC señalan que todas estas circunstancias hacen prever que en la próxima campaña de recolección de esta leguminosa, que tendrá lugar en los meses de verano, se elevará el área sembrada. Las estadísticas oficiales de la Consejería de Agricultura , Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible indican que el precio del kilo de girasol se situaba la semana pasada en los 602,26 euros por tonelada, casi 154 euros más que hace un año, lo que supone un incremento relativo del 34,3 por ciento. Asimismo, se trata del valor más elevado desde 2011.
El presidente provincial de Asaja , Ignacio Fernández de Mesa, recordó que los dos países, Ucrania y Rusia , acaparan el 65 por ciento del mercado mundial de este cultivo y señaló que «la guerra ha elevado su demanda y, con ello, los precios llegando a unas compensaciones económicas que son adecuadas para el productor». «Es indudable pensar que la superficie crecerá en los próximos meses», auguró el dirigente agrario.
Siembra
Las cifras oficiales del departamento de Carmen Crespo (PP) apuntan que en 2021 el área sembrada con girasol en Córdoba en 2021 ascendía a 25.079 hectáreas . Son 506 menos que 12 meses antes, lo que representa un descenso de casi el 2 por ciento. La caída de este indicador es más evidente si la comparación es respecto a hace 10 años. En ese caso, la merma es superior al 60 por ciento frente a un 45,3 por ciento de bajada correspondiente al conjunto de Andalucía. En ese periodo se han perdido más de 39.000 hectáreas. A pesar de estos números, Córdoba se mantiene como la tercera provincia en la comunidad autónoma con más superficie, solo por detrás de Sevilla (99.275 hectáreas) y de Cádiz (52.582).
Fernández de Mesa destacó que la situación del girasol está ya beneficiando al resto de grasas refinadas, como es el caso del orujo, el virgen o el lampante. En este último caso, según las estadísticas de la Administración autonómica, el precio se ha elevado un 9 por ciento en apenas dos semanas desde que Vladimir Putin decidió iniciar las acciones armadas. La previsión es que esos números sigan creciendo en las próximas fechas, como también ha ocurrido con el virgen extra.
Cereales y maíz
Su homólogo en UPA, Miguel Cobos, declaró que «el cierre de las fronteras de Ucrania por la guerra ha provocado que apenas llegue semilla de girasol para elaborar aceite, algo que también ocurre con los cereales o el maíz, que es la base de la alimentación en la ganadería». A su juicio, este hecho junto a las lluvias previstas para estos días «ofrecen buenas perspectivas para este cultivo, por lo que la superficie seguramente crecerá».
Torres Patiño incluye este producto en su oferta. Su gerente, Gonzalo Torres, informó de que «las refinería españolas han dejado de hacer las entregas de aceite de girasol hace 10 días debido a los problemas de transporte marítimo, mientras que los contratos de suministro de este alimento se han suspendido por causas de fuerza mayor» en relación a la situación en el Este de Europa. Este directivo apuntó que la situación de desabastecimiento en el mercado es «total», puesto que «las solicitudes se hacían con un antelación de apenas dos o tres semanas gracias a que los envíos de girasol eran constantes».
Desde su punto de vista, «los consumidores han entrado en una situación de pánico ante una supuesta falta de aceite de girasol, lo que ha originado la subida de los precios, sobre todo para la hostelería y la industria agroalimentaria, como ocurre con las pastelerías o las conserveras». Torres, quien aseguró que algunas compañías ya están buscando proveedores alternativos en mercados de Sudámerica, declaró que «espero que este conflicto se solucione lo antes posible, primero por razones humanitarias por el bien de la población ucraniana, pero también por motivos económicos, ya que, si esta situación no se arregla pronto, nos enfrentamos a un escenario que será insostenible para muchas empresas».
Noticias relacionadas