Guerra Rusia-Ucrania
Cartas escolares, víveres y medicamentos desde Córdoba hasta los refugios y hospitales de Ucrania
Los primeros envíos reciben una réplica por parte de los niños ucranianos
Anna Kostyuk, la voluntaria ucraniana que ha despertado la ayuda humanitaria en Córdoba
Desde el mismo momento en que comenzó la invasión rusa de Urcania , los voluntarios en Córdoba se pusieron manos a la obra para recoger y enviar ayuda humanitaria al país agredido. Son ya varios los transportes cargados de material muy necesario los que han partido desde la capital, bien organizados por los ucranianos residentes en la provincia o por asociaciones y colectivos.
En uno de esos envíos había un detalle para los niños de Ucrania , que con quienes más sufren las consecuencias de la guerra. Entre las cajas con material de ayuda había también algunas cartas escritas y dibujadas por niños cordobeses y dirigidas a los escolares ucranianos. Dentro del sobre habián deslizado un pequeño peluche, nada más que un detalle para animar a los más pequeños.
Anna Kostyuk , una de las voluntarias ucranianas que está canalizando esta ayuda hacia su país, recuerda cómo en aquellas cajas 'colaron' también un mensaje oculto: pidieron a los niños y niñas de Ucrania que, si recibían los paquetes, se lo hicieran saber de algún modo. No advirtieron de ese 'truco' al resto de los voluntarios, por si finalmente las cajas no llegan a su destino.
«En cada caja decíamos que somos voluntarios de Córdoba y pedíamos que los niños nos dijeran a dónde habían llegado» las misivas. Las esforzadas voluntarias no tenían mucha esperanza de obtener respuesta.
Y sin embargo, la han recibido. El pasado jueves leyeron un mensaje en una red social en el que los pequeños de Ucrania informaban de que habían recibido el mensaje. Entre otros sitios, las cartas con peluches enviadas desde Córdoba han arribado a Mikolaiv , una de las ciudades ucranianas, al sur del país, que está bajo asedio de las tropas rusas.
Y no sólo eso, sino que las familiares de los escolares que recibieron las cartas también se las hicieron llegar a los niños hospitalizados o ingresados en algún centro sanitario. Ellos también han respondido. «Nos hemos hinchado a llorar», asegura Anna Kostyuk, cuando han leído las respuestas.
Eso les da fuerzas para seguir trabajando recogiendo ayuda humanitaria. Ahora, pasado el impacto inicial, parece que la solidaridad se está «ralentizando», declara Kostyuk , de modo que sólo pueden cargar un camión de 25 toneladas cada dos semanas. Antes eran toda las semana al menos uno. Es por eso que la ucraniana pide a la sociedad que sigan colaborando con lo que puedan.
Lo único que ya no aceptan las asociaciones que trabajan sobre el terreno es ropa. De todo lo demás hace falta: comida y pañales para bebés, conservas, alimentos... incluso están enviando material técnico para los bomberos de Ucrania o los militares.
Quienes deseen colaborar pueden hacer sus donaciones en el Centro Comercial Los Azaharaes, en la avenida Guerrita de Ciudad Jardín , en horario de 18 a 20 horas.
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