ARTESANÍA

Guadamecíes, el lujo de un mosaico sobre el cuero en las casas de Córdoba

La ornamentación llegó con los musulmanes y tuvo en la ciudad gran perfección

Casa Museo Ramón García Moreno, dedicado al arte del guadamecí en Córdoba Valerio Merino

Luis Miranda

De lejos parecen cuadros o mosaicos , con un minucioso diseño geométrico , muchos colores y el empleo del brillo de metales como el oro y la plata que le dan un aspecto de gran belleza. Sólo cuando el observador se acerca y pregunta con curiosidad puede conocer que en realidad el guadamecí es una obra hecha en el cuero y según una técnica que ha cumplido más de un milenio y sigue fascinando. En Córdoba tuvo gran esplendor y se sigue cultivando junto a su hermano, más austero, pero también tradicional, el cordobán .

Como explica Meryan , uno de los establecimientos emblemáticos en la realización de esta artesanía en Córdoba, el origen de los guadamecíes está en la llegada de los musulmanes a Hispania, en el siglo VIII . Por ellos llegó el curtido de las pieles como trabajo artesanal y el trabajo artístico con lo que resultaba de ahí.

Cofre recubierto con finos guadamecíes simulando motivos vegetales y animales Valerio Merino

Tradicionalmente se ha dicho que procedía de Gadamés , una ciudad situada en la actual Libia , que ya exportaba cueros desde la Edad Media . Su propio nombre, guadamecí, ya denota el origen árabe, ya viene de «wad'almasir», que significa «cuero trabajado y decorado». Su finalidad siempre fue estética y decorativa , para recubrir muros interiores y aplicarse en muchos objetos domésticos.

Como apuntan desde el establecimiento de la calleja de las Flores , con guadamecíes se tapizaban sillones , biombos, cojines, cobertores de cama, alfombras , arquetas y cofres. Cualquier objeto que se quisiera embellecer, y con riqueza. Para el guadamecí se empleaba piel de carnero u oveja ya curtida, que necesariamente tiene que ser perfecta. Sobre ella, ya dispuesta, se coloca una fina lámina de plata . Allí se pinta pacientemente y se policroma hasta conseguir la forma y los colores que se desea.

Trabajo artesanal del cuerpo para un guadamecí Valerio Merino

Fue un arte en evolución, que tras la conquista cristiana siguieron cultivando los descendientes de los árabes, es decir, los moriscos y los mudéjares , y se siguió apreciando para revestir paredes, alfombras, biombos y joyeros. Todos los estilos artísticos lo usaron desde entonces y tuvo gran esplendor entre los siglos XVI y XVIII cuando era «un signo de riqueza ».

Luego tuvo un declive en la época de la industrialización , cuando se sustituyeron los revestimientos de cuero policromado por los textiles , que tenían más variedad y eran menos cotosos. Incluso en Japón se hicieron algunos de papel que los imitaban. Para Meryan, pueden ser incluso el antecedente del papel pintado.

Exposición artística de cordobanes Valerio Merino

Con todo, en Córdoba se recuperó el guadamecí y el trabajo en cuero. Meryan nació del impulso del pintor Ángel López Obrero y su esposa, Mercedes Miarons, en 1958, como lugar para la producción y venta de trabajos en cuero, que se mantiene y sigue difundiendo estos trabajo.

Lo cultivó también Ramón García Moreno , que tiene una casa museo abierta con su rica obra. Está en la plaza de la Agrupación de Cofradías, a pocos metros de la Mezquita-Catedral, y allí se pueden contemplar la obra de este autor, nacido en 1941, que ha labrado piezas que luego se han entregado a personalidades destacadas. El imaginero Juan Martínez Cerrillo se dedicó con pasión a esta técnica, que llevó a las cofradías: hizo el antiguo paso del Señor de las Penas de la hermandad de la Esperanza y el camarín de la Virgen de la Paz .

El camarín de guadamecíes que hizo Juan Martínez Cerrillo para la Virgen de la Paz Valerio Merino

¿En qué se diferencia del cordobán, con el que a veces se le confunde? En primer lugar, en el soporte: el cordobán es piel de cabra o macho cabrío , y el guadamecí es carnero u oveja. Se trata luego con zumaque, que es una plata que ofrece muy buena cualidad para curtir. Es algo más utilitario porque se usa para recubrir arquetas , cofres e incluso zapatos , pero no por eso la decoración era menos vistosa. Córdoba no sólo le dio el nombre, sino que también el centro desde el que llegaron a todo el mundo.

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