TRIBUNA
Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, vivió en el barrio de San Lorenzo
Gonzalo Fernández de Córdoba estuvo residiendo en una casa en lo que hoy es la plaza Juan Bernier
El mismo asombro que causará en muchos de ustedes conocer esta noticia debió producir en la sociedad cordobesa de finales del siglo XV. ¿Cómo era posible que un miembro tan destacado de la nobleza fuese a residir a un barrio tan popular? En aquel tiempo la collación de San Lorenzo era lugar de residencia de campesinos y hortelanos que cada mañana cruzaban la Puerta de Plasencia y se dirigían por el Campo del Marrubial a sus quehaceres cotidianos. Hasta la fecha, el único lugar físico, la única casa que se había vinculado con el gran héroe cordobés era la llamada Casa Águila, situada frente a El Corte Inglés de hoy, en el Bulevar del Gran Capitán . Era un hermoso palacio de tiempos de la conquista que, sin embargo, y pese a su robustez pétrea, no consiguió ganar la batalla a la modernidad, desapareciendo en el siglo XX.
Sin duda alguna, allí residiría algún tiempo el gran general cordobés en su infancia y parte de su juventud, cuando no estaba en la corte, donde fue enviado con tan solo diez años como paje al servicio de la futura reina Isabel la Católica .
Pero la documentación nos dice que una vez retornado a Córdoba no quiso o no pudo seguir habitando en el viejo palacio familiar del barrio de San Nicolás de la Villa . Quería independencia o, quizá, fue alejado intencionadamente por su hermano, el personaje más importante de la Córdoba de aquel tiempo: el todopoderoso don Alonso Fernández de Córdoba , señor de la Casa de Aguilar, alcalde mayor de Córdoba y alcaide de los Alcázares. Parece claro que dos gallos dentro del mismo corral nunca ha sido posible.
El Gran Capitán alquiló la casa, de categoría, por 16 meses y una reta de 7.000 maravedíes
Sea como fuere, el joven Gonzalo Fernández , con veintitrés años de edad, se va a vivir a San Lorenzo , según se infiere de cierta escritura de arrendamiento que se conserva en el Archivo Histórico de Protocolos , fechada el 16 de octubre de 1477. Arrendaba una casa a doña Leonor Sánchez de Cárdenas por plazo de unos dieciséis meses y por la elevada renta de 7.000 maravedíes, cantidad que da a entender que era una casa de gran categoría o utilizando la terminología de la época, una «casa principal». Los linderos nos permiten ubicar exactamente aquella casa. En efecto, lindaba por delante con la calle Mayor de San Lorenzo , con la del Arroyo de San Lorenzo por atrás, y por un costado con la que en el documento figura como «calleja del Baño», que podría identificarse con la actual «Portería de Santa María de Gracia».
Este último nombre no es casual, pues precisamente la familia Cárdenas, importante linaje desde la Reconquista , era propietaria de una casa de baños de origen musulmán, «los Baños de Cárdenas», que subsisten hasta principios del siglo XVI.
De lo expresado resulta que la casa donde vivió el Gran Capitán se ubicaba en lo que hoy es plaza del poeta Juan Bernier . Pero ahora surge la pregunta. ¿No estaba en ese lugar el convento de Santa María de Gracia ? ¿Fueron por tanto aquellas casas, después convertidas en convento, su residencia habitual durante algún tiempo? Hasta ahora conocíamos que el convento se fundó sobre las casas del alcalde mayor de Córdoba, don Pedro de Cárdenas , que ya había fallecido a la fecha de otorgarse el contrato de arrendamiento al Gran Capitán. Don Pedro, en su testamento, había ordenado que tras su muerte se estableciese en sus casas mayores un «beaterío», germen del futuro convento [..que fuesen para en que doce mujeres buenas y de honesto vivir habitasen y morasen y orasen y sirviesen a Dios y estuviesen con la dicha Mari Fernández, su mujer, y rogasen por el alma de Pedro de Cárdenas y de sus padres y de sus otros difuntos].
Envuelto en la polémica
Pero lo que la historia no nos había revelado hasta ahora es que, pese a la voluntad del fundador del convento, hubo alguien, concretamente su hermana, Leonor Sánchez de Cárdenas , que no quiso dar cumplimiento a aquellas últimas voluntades, sino sacar provecho arrendando las casas. En efecto, había actuado como heredera y propietaria, cuando realmente no era más que una albacea o encargada de cumplir la voluntad testamentaria del hermano.
Este escándalo lo revela una pragmática de los Reyes Católicos fechada en Sevilla en ese mismo mes de octubre de 1477, que dormía en el Archivo de Simancas . En ella, los Reyes ordenan a la falsa casera del Gran Capitán que comparezca ante ellos y dé explicaciones, acusándose al mismo tiempo a cierto alcalde de Córdoba y a un escribano (que terminará en prisión). Ambos, con falsedades y malas prácticas, habían sido cómplices de doña Leonor en su proceder. De esta manera, el joven Gonzalo, sin comerlo ni beberlo, se vería envuelto en el escándalo, y aunque no sabemos si llegó a ser desahuciado por la justicia, sí llegó a tomar posesión de esta residencia en la que permanecería cierto tiempo.
Entonces, no era el héroe que fue, ni había recibido de los árabes el apodo con el que pasó a la Historia
Parece que será éste el último capítulo en la mala racha que llevaba padeciendo Gonzalo. Aún no era el gran héroe que luego fue, ni todavía había recibido de los árabes el apodo o sobrenombre con el que pasará a la Historia. Era simplemente un mozo de 23 años que acababa de recuperar su libertad tras haber caído preso de su pariente el Conde de Cabra , que lo tuvo encerrado tres años en el castillo de Baena . Allí había perdido a su primera mujer e hija en el parto. Eran tiempos muy difíciles, de guerras civiles en Castilla, y de luchas intestinas entre las dos familias más poderosas de Córdoba, los de Cabra y los de Aguilar, parientes pero acérrimos enemigos, que luchaban por el dominio del Reino de Córdoba.
Quizá fue en aquella casa de San Lorenzo y en los contiguos baños de Cárdenas donde el gran héroe, como ave Fénix, resurgió de sus cenizas y comenzó a forjarse como leyenda. Allí pudo idear sus primeras estratagemas y tácticas militares que poco tiempo después pondrá en práctica en la guerra contra los musulmanes y, una vez rendida Granada, en Flandes e Italia .