Rafael Aguilar - EL NORTE DEL SUR

El golpe y la cháchara

No se habla de otra cosa: «Con lo avanzados que se creen y algunos se comportan como trogloditas políticos»

NO se habla de otra cosa y no es para menos. Tres viajeros impacientes en una parada de autobús del Centro de Córdoba, dos adultos y una niña de no más de siete años que lleva una bolsa con una campana de barro: «Mira lo que dice el periódico, que estamos ante un golpe de Estado, ante algo igual de grave o más que lo que pasó el 23-F, que aunque nosotros éramos pequeños sí que nos acordamos, solo que ahora es peor, más hiriente: primero porque nos duele darnos cuenta de que hemos aprendido muy poco desde entonces, de que aunque España ha dado un salto de gigante en muchos aspectos hay cosas que se han enquistado y que ahora afloran para enfrentarnos con la misma saña de nuestros peores tiempos; y segundo porque aquello del Congreso de los Diputados de 1981 atacó el corazón de las instituciones por la fuerza, con pistolas y con uniformes militares cuando ahora es desde dentro de ellas de donde nace el golpe. Gente muy honorable y con trajes y corbatas caras que hacen con la ley lo mismo que nosotros con el papel higiénico».

Dos compañeros de trabajo en una pausa de la faena, en algún lugar de la calle Claudio Marcelo: «Lo que no sé yo es que hacemos nosotros tan tranquilos, como si no pasara nada. Esta gente descosiendo el país a su antojo y tú y yo aquí charlando de cómo nos han ido las vacaciones. Lo que está pasando es para que mañana, o esta tarde mejor, se llenaran Las Tendillas de gente con banderas constitucionales igual que se llenó de blanquiverdes cuando subió el Córdoba a primera, que a ver si para unas cosas vamos a ser tan efusivos y tan rápidos en salir de casa y para otras, que son justamente las de comer, hacemos como si mirásemos para otro lado. Digo yo que la película que están montándonos merece que, como en tiempos, se interrumpiese la programación de la tele a media tarde justo a la hora en la que está todo el mundo enganchado a las ‘salsas rosas’ y esas cosas, y saliera el presidente del Gobierno, o alguien de más arriba si me apuras, con la cara seria a dar un mensaje institucional y a decir que estos se han pasado de la raya y que no puede ser».

Un padre y un hijo en la sobremesa y de tertulia tras la hora del telediario: «¿Te acuerdas cuando viniste el marzo pasado de maratón de Barcelona? Venías encantado con lo bien organizado que estaba, decías que era el mejor de todos cuantos has corrido, y que la gente fue amabilísima y que te animaba como al que más aunque llevaras puesta la camiseta de la selección española que te regalamos en el último San Rafael. Hablabas maravillas de la ciudad, la comparabas con París o con Londres, decías que te gustaba más que Madrid, que la gente se preciaba de tener un nivel de vida más elevado que el nuestro y de que las cosas funcionaran mejor. Pues míralos: t an por encima de todo que se creen algunos de ellos y se comportan como trogloditas políticos...».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación