LEYENDAS
Las golondrinas, sentenciadas a dejar la Catedral de Córdoba
A finales del siglo XIII, eclesiasticos y sacristanes usaron sus «armas espirituales» para echar a estos latosos inquilinos
Cuenta una antigua leyenda cordobesa que allá por el siglo XIII, los arcos y columnas de la Santa Catedral comenzaron a atraer a varios ejemplares de golondrinas . Primero fueron solo unas pocas, pero después llegaron a cientos y miles apelotonándose en las vigas, artesonados y hasta en las puertas para entrar y salir empeñadas en formar sus nidos allí.
Según relata Marcial Hernández en su libro «Historias y leyendas de Córdoba», «tal fue la muchedumbre de golondrinas y tal la molestia que causaban con sus vuelos y cantos al tiempo que se celebraban los oficios divinos, que hubo que pensar en echarlas del templo ».
La situación empezó a ser insostenible. Al ruido que ocasionaban se sumaban los excrementos dispersados por todas partes y los materiales perdidos de sus ponederos, que ensuciaban los altares y los bancos de los fieles. «Los sacristanes se esforzaban en quitarles los nidos derrumbándolos , pero nada bastaba» porque cambiaban de sitio, recoge el texto de Hernández.
Entonces, eclesiásticos y sacristanes decidieron acudir a las armas espirituales y «enjuiciaron» a las aves : «Hízose cabeza de proceso contra ellas, formose pleito en forma, mandando parte para que las defendiesen; llegó el tiempo de sentenciarse y la sentencia fue: Que con censuras fuesen echadas de la Iglesia», recoge el libro, según escritos de la época.
Y no se sabe como, pero lo cierto es que desde el momento en que se les leyó la sentencia, jamás han vuelto a ser vistas en la Catedral .