LA CLAVE

Goles contra la ansiedad

Xisco y Víctor Pérez confirmaron su buen momento con sendas dianas muy esperadas

Xisco dedica sonriente su gol a alguien del público VALERIO MERINO

J. M. D.

Si dos meses y un día pesan para un delantero, todavía más se dejan notar sobre las espaldas de Xisco , un ariete que, tal y como él mismo señalaría tras el partido contra el Llagostera, «nunca» había estado «tantas jornadas» sin ver puerta . Su último gol llegó el 11 de octubre, contra el Lugo.

Aunque el «9» blanquiverde está viviendo, curiosamente, uno de sus mejores momentos con la camiseta del Córdoba. Oltra ha retrasado su posición. El técnico le pide llegada y, aunque el punta no estaba viendo puerta con la facilidad de otros años , tanto él como el público se han rendido al trabajo entrelíneas de Xisco.

Bajar balones, aguantarlos, distribuir juego, darle sentido, caer a banda, tirar desmarques, asistir a sus compañeros... El balear se ha convertido en ese mediapunta que no existe en la plantilla del Córdoba. Pero por su sangre corre, y en cada semana se hacía más grande, el instinto asesino de los delanteros natos. Y la ansiedad empezaba a hacer mella.

El duelo contra el Llagostera, en cambio, le daría motivos para sonreír. La zaga rival se metió muy cerca de su portería. Le permitió a Xisco llegar con facilidad a las posiciones de remate y, tras mandar fuera por poco su primer cabezazo, el ariete marcó los tiempos del remate para mandar a las redes un centro de Nando en el minuto 31.

Encarriló el partido y sumó su tercer gol en Liga. Sabe, como todo el cordobesismo, que su contribución ofensiva será importante. Se quitó presión y rebajó la que también pesa sobre Florin y Fidel , quienes parecían los únicos encargados de sumar de cara a puerta.

Marcó Xisco dos meses después y puso el colofón a las buenas noticias blanquiverdes Víctor Pérez . El centrocampista, uno de los más cuestionados en el arranque de competición, se ha hecho con la titularidad y empieza a dejar ver algunas de las virtudes que le llevaron al Córdoba en verano. Aun así, le faltaba confirmarlas con goles. Y tuvo que esperar al 90, «seguir una jugada hasta el final» , como él mismo explicó, y acertar con la portería del Llagostera para cerrar el partido.

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