Rafael González - La cera que arde
Gestión y política
Preguntar al cogobierno por algún proyecto es responderte «vamos a expropiar la Mezquita»
En el supuesto caso de que los cordobeses hicieran un balance del año municipal , sería con el mismo gesto que a los españoles les preocupa o no que haya gobierno: «No me coman la cabeza». Bastante tenemos con votar para que lo que salga no sea lo que gobierna, o no salga lo que ellos quieren que salga o el resultado sea una tonadilla, o un sainete, o un entremés. Es por eso que para justificar su sueldo, la concejal Alba Doblas, de IU —la coalición que convergió ante las urnas para desconverger tras los votos depositados— ha dicho que « hay que hacer menos gestión y más política », lo que traducido al español del contribuyente medio significa «vamos a expropiar la Mezquita». De hecho, si nos centramos en la gestión y le preguntamos a algún edil de pacto de progreso por el cine Andalucía , por ejemplo nos contestará que «vamos a expropiar la Mezquita». A Pedro García , en concreto, se le cuestionó por el futuro del pósito municipal, que fue algo que Nieto esbozó para un futuro mandato, y el teniente de alcalde, al respecto dijo que «vamos a expropiar la Mezquita».
Colegimos pues que tanto el cine Andalucía y su solar, como el pósito, están en clave de política y no de gestión. Como nadie nos aclara nada, nos dirigimos a la alcaldesa y le preguntamos cómo se desarrollan las conversaciones con la Junta para la reforma de la Ronda del Marrubial, a lo que la alcaldesa nos contestó que «vamos a expropiar la Mezquita». En otro orden de cosas,también le preguntamos a Isabel Ambrosio qué piensa del precio de los espetos este año en Los Boliches, a lo que nos contestó con un contundente «vamos a expropiar la Mezquita». Han pegado un subidón, claramente. Un euro más y dos sardinas menos. Los efectos de la recuperación económica, la salida de la crisis, la permanencia en la UE y en Primos sin Fronteras, esa gran asociación en la que estamos todos los que recibimos los beneficios de la política, que no la gestión.
Córdoba siempre ha sido mucho de apostar por la política más que por la gestión . Hasta el periodo histórico entre pactos de Nieto «La-herencia-recibida» hubo su poquito de política casi más que de gestión, de ahí la medalla de oro a Stop Desahucios, que es un claro ejemplo de política de Manual de los Jóvenes Castores. Si no fuera por la política, más que por la gestión, no podríamos disfrutar de Rafael Merino y Antonio Hurtado en «El Gato con Botas» ese de la tele. Llegar hasta arriba, pasando de largo incluso la Carrera de San Jerónimo hasta la sala de maquillaje de un plató televisivo, no se consigue por la gestión sino por la política, como ustedes comprenderán. ¿Cómo le ha pillado toda la movida a Rosa Aguilar en Turquía , si no? Por la política. Aunque ella también estaba gestionando, ojo. Le preguntaron a la consejera que si había pasado miedo en el intento de golpe de estado y ella contestó con un firme «vamos a expropiar la Mezquita». Está claro que, en efecto, la política es el arte de la repetición .
De ahí nuestra manía por repetir elecciones: entre unas y otras, España se gestiona sola .