Guerra Rusia - Ucrania
Ana Gerasimchuk, un 'ángel' de la recogida de ayuda para Ucrania en Córdoba
Es ucraniana, tiene 23 años y llegó a la ciudad con seis; lidera un operativo en el Centro Los Azahares en el Zoco
La sociedad cordobesa se está movilizando a favor de las víctimas del conflicto armado entre Rusia y Ucrania . Una prueba clara del músculo solidario de la ciudad lo ejemplifica Ana Gerasimchuk , una joven ucraniana que tiene 23 años y que cuando tenía seis llegó desde allí a Córdoba junto a su madre.
Desde hace dos semanas coordina la recogida de alimentos , de material sanitario y de ropa en el Centro de Negocios Los Azahares , situado en la avenida de Guerrita . Este lunes, la actividad del local en el que la asociación embrionaria que lidera Gerasimchuk registraba una actividad frenética. «Ya hemos mandado quince mil kilos de material y de comida a través de Málaga, desde donde lo han llevado a la frontera de Polonia. Ahora estamos a la espera de que lleguen unos camiones directamente desde Ucrania para hacer otro porte grande, y que irá hasta allí por carretera», aseguraba la joven nacida en el país invadido por Rusia.
Ana tiene familia en los alrededores de Kiev . «Por fortuna ellos viven en zonas rurales, que están más tranquilas que las ciudades, pero aún así una tía mía ha tenido que salir huyendo por temor a los ataques de los rusos», declaraba a ABC.
El local del Centro de Negocios del barrio del Zoco donde opera la entidad que Ana va a inscribir en breve en el registro oficial de asociaciones está abierto de seis a ocho de la tarde y de lunes a jueves para que los ciudadanos que quieran pueda donar alimentos, medicinas y ropa. «Pero la ropa que necesitamos, la que estamos mandando es térmica, de la otra ya no hace falta, y entre los medicamentos lo que más necesitan allí son analgésicos», resaltaba la joven.
Muy comprometido con la ayuda a las víctimas de la invasión está Rodolfo Marías , un recién jubilado de Ciudad Jardín que acude cada tarde a echar una mano. «Lo que está pasando en Europa es una barbaridad, te lo cuentan y no te lo crees», comentaba a ABC mientras depositaba en el almacén un saco de galletas y tres cajas grande de leche. «En lo que pueda ayudar uno, ayuda. Veo la televisión y se me parte el corazón. Lo importante es que en el mundo hay gente buena, como todos los que estamos aquí echando una mano, aunque luego haya un loco como Putin que le esté destrozando la vida a un pueblo entero», concluía.
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