Baltasar López - PRIMERA PLANA
«Hay gente pa' tó»
Como a Ganemos no le gustan los principios de la alcaldesa, ésta se sacó de la montera otros
El grupo municipal del PSOE presenta pronóstico reservado en su credibilidad después de que le haya empitonado su polémica decisión de que el Ayuntamiento retire las ayudas a los toros (algo más de 36.000 euros para entradas a festejos). Lo hace compartiendo faena con IU y Ganemos, fuerza apoyada por Podemos y la que promovió esta medida. No se esperaba que los socialistas se sumaran al cartel de detractores de la Fiesta Nacional; dado el tradicional apoyo a la tauromaquia de las siglas del puño y la rosa en Andalucía y de la Junta. Una decisión tan impopular ha hecho que sufrieran los pitos de una parte importante de la ciudadanía, que encima vio cómo el Ayuntamiento acababa con esta financiación con un feo estoconazo cuando creía que el público no miraba.
Y es que la eliminación de estas ayudas se produjo por una moción de Ganemos en la que no se citaba a los toros expresamente, pero sí se dejaba claro, entre otras cosas, que el Consistorio no financiará espectáculos públicos que incurran en el maltrato animal. Sin embargo, no coló. La controversia estalló y las almohadillas diluviaron desde los tendidos de Facebook y Twitter; especialmente sobre el PSOE y la alcaldesa, la socialista Isabel Ambrosio.
La primera edil tiró de uno de sus lances favoritos: la "urkelina". Dícese de aquellas ocasiones en las que en medio del estropicio que ha armado ella o su cogobierno se pregunta: "¿He sido yo?". Esta vez, llegó a declararse sorprendida por el debate generado y consideró "ficticia" la controversia. Como la polvareda era muy real y muy grande, Ambrosio intentó torearla por el otro pitón. Abandonó el del argumento del maltrato —profundamente molesto para los amantes de la tauromaquia, pues niegan su existencia—, aunque ésa es la razón que se aprobó en el Pleno para acabar con las ayudas. Y se fue al de justificar el acuerdo como una medida de austeridad en medio de la resaca de la crisis. Si tan mal le parecía este despilfarro, no se entiende por qué no le pidió al PP eliminarlo el pasado mandato o por qué no se lo exigió a IU cuando cogobernó con ella en el periodo 2007-2011 y el gasto en esta materia fue mucho mayor. No lo hizo porque ni para el PSOE ni para la alcaldesa éste era un tema que les preocupara hasta que Ganemos, formación que sustenta el bipartito, lo sacó de los toriles del pacto de investidura de Ambrosio. Para los socialistas, empujados por su socio de gobierno en la sombra, es una lidia incómoda, porque las contradicciones les empitonan una y otra vez.
Que se lo digan a la regidora, que en 2014, como delegada del Gobierno, decía estar esperanzada en ver «el auge de esta manifestación [por los toros] tan enraizada en la cultura española y andaluza», pero hoy es cabeza de cartel de los antitaurinos. Una conversión exprés que dice poco de los principios de la primera edil; salvo que son como los de Marx, Groucho. Como a Ganemos no le gustaban los que tenía, se sacó de la montera otros. «Hay gente pa’ tó», que diría el Gallo.