Contramiradas
Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Loyola: «No me gusta el modelo 'bazar' de universidades»
El académico está al frente del único centro de enseñanza superior de Andalucía, con tres campus y 8.000 alumnos
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En octubre de 2008, Gabriel Pérez Alcalá nos recibió en este mismo despacho atestado de libros y de carpetas amontonadas sobre el escritorio. Acababa de ser nombrado director de ETEA . Hoy, casi 14 años después, está al frente de la primera universidad privada de Andalucía, con más de 4.000 estudiantes, tres campus , medio millar de empleados y una quincena de grados. Y no ha perdido un gramo de su amabilidad ni de su fina inteligencia jesuítica.
Hace 14 años nos recibió en vaqueros y tenía la bicicleta aparcada en la puerta. Hoy vive en el AVE. ¿Se siente más dueño de su vida o más cautivo?
Ayer por la tarde estuve en vaqueros en mi despacho de Sevilla . Y mi bicicleta la tengo aparcada allí en el campus.
O sea, sigue yendo en bici a trabajar.
No con la misma, porque aquella me la robaron. En cierto sentido, sigo siendo el mismo chico ingenuo que se hizo cargo de un centro adscrito y que soñaba con hacer una universidad. No me siento más cautivo. Me siento más libre.
Y dueño de su vida.
Creo honradamente que estoy cumpliendo una vocación . Cuando entré en ETEA pensé en hacer una carrera universitaria vinculada a la investigación y la docencia. Sigo dando clase. Para investigar ya no tengo tiempo.
Y hace 14 años vivíamos en el ojo de un huracán llamado crisis financiera. ¿Hemos aprendido algo?
Hemos aprendido poco. La crisis de 2008 se parece mucho a la de 1921 y el debate sobre el patrón oro . Ahora se han dado las mismas soluciones y eso ha llevado a más sufrimiento. Estamos en una crisis en Ucrania y uno mira lo que pasó en el año 38 en Múnich con Chamberlain, Hitler y Mussolini y parece que seguimos sin aprender lecciones básicas en el trato con los dictadores.
Esa comparación da escalofríos.
No será tan dramático, pero no deja de ser una amenaza militar de 100.000 hombres contra un país libre , aunque más o menos democrático. La amenaza de un dictador con una retórica nacionalista de expansión.
Aquel día también dijo lo siguiente: «Hay que hacer un mundo más justo». ¿Vamos en la buena dirección?
Íbamos en la buena dirección y la pandemia ha abierto mucho más la brecha de la desigualdad . En 2018, el mundo era más justo que en 2008. Había menos porcentaje de pobreza extrema. Los países con menos recursos no están teniendo acceso a las vacunas y los desarrollados somos muy egoístas. Y familias de los barrios pobres de Córdoba no han podido escolarizar a sus hijos como lo han hecho las barriadas con wifi, ordenadores y tablets.
¿La Universidad Loyola ha contribuido a ese propósito?
Sí, decididamente. Formamos a nuestros estudiantes en todo lo que tiene que ver con los objetivos del milenio y hay muchos sobre pobreza. Los formamos en el cuidado del otro y en una mejor ciudadanía. Investigamos en estas áreas, desde ingeniería a comunicación. O el tema de la sostenibilidad, que no deja de tener vinculación con la desigualdad.
Loyola cumple 8 años. ¿Objetivo cumplido?
Formalmente nació en una notaría de Sevilla el 7 de junio de 2010 . ¿Objetivo cumplido? Sí. Con luces y sombras.
Más de 4.000 alumnos, tres campus, 14 grados. ¿Y ahora qué?
Tenemos una buena plataforma pero, sobre todo, hemos hecho una buena universidad . Y tenemos datos para comprobarlo. Si coges el informe CYD, en rendimiento académico, estamos entre la 17ª y la 20ª de 83 universidades. En inserción laboral, entre la 4ª y la 2ª. Somos una de las pocas privadas que cumple todos los criterios del decreto Castells. Y somos una universidad pequeña. La media de las públicas andaluzas está en 17.000 estudiantes. Tenemos que crecer.
Son la única privada de Andalucía. ¿Qué ofrece Loyola que no ofrezca una pública?
Somos una universidad organizada según parámetros del siglo XXI , muy comparable con cualquier anglosajona. Hacemos «pool» de asignaturas, muchos más grados dobles, más flexibilidad de organización interna. Y somos una universidad muy joven. La mayoría se ha formado en universidades extranjeras. Y tenemos una pedagogía diferenciada, centrada en lo que los estudiantes necesitan. Y otra característica: nuestra implicación con el tejido empresarial facilita esa empleabilidad.
Ampliación
¿Próximo destino: Málaga?
Próximo destino: Ciencias de la Salud, Ingeniería Soft y Artes . Y sí: Málaga es un sueño largamente acariciado por esta Universidad y por este rector. Es un área metropolitana con un crecimiento y una vida espectacular.
Lleva 14 años dirigiendo el cotarro, primero como director de ETEA y ahora como rector de Loyola. Es usted el hombre de los jesuitas en Andalucía.
No diría yo tanto. La Compañía tiene muchos jesuitas y laicos que trabajamos para ella en Andalucía . La otra gran presencia es SAFA y la fundación de colegios y ahí trabajan más de 1.200 profesionales, y muchos tienen la confianza absoluta de la Compañía.
He leído en la web corporativa: «Líder en empleabilidad con un 88% de inserción laboral». Eso es un milagro en los tiempos que corren.
¿Un milagro? Hay que trabajarlo. Tenemos tres cosas importantes . Quienes estudiábamos en ETEA sabíamos que nos colocábamos. De hecho, trabajábamos en los dos últimos años de carrera. Tenía una formación muy práctica que nos implicaba en el tejido empresarial. La segunda es que nuestra formación se nota cuando los egresados entran en las empresas. Y el tercer factor es que todas nuestras carreras tienen prácticas obligatorias. El tamaño nos favorece. Si sacas al año 4.000 personas no es lo mismo que colocar a 400.
O sea, si crecen, esas ratios fallan.
No necesariamente porque las áreas en que queremos crecer son de alta empleabilidad.
¿La empleabilidad es el objetivo principal de una universidad?
No. El objetivo de una universidad es mucho más que eso: es básicamente crear pensamiento . Y, en ese sentido, una universidad tiene que crear conciencia crítica y voz de los sin voz.
También leo en la web: «Programas de intercambio con más de 200 universidad de 40 países». Este es vuestro Erasmus particular.
Somos una de las universidades más internacionalizadas de España porque la genética de la Compañía es el mundo. Nace directamente universitaria en la mejor universidad de la época: la Sorbona de París. La primera obsesión de Ignacio es expandirse por el mundo.
Las universidades privadas se han multiplicado por 5 en los últimos 25 años y alcanzan el 40% del total. ¿Hacia qué modelo vamos?
Vamos hacia 17 modelos autonómicos. El de Madrid ha sido el «modelo bazar». Todo vale. Universidades de alta calidad y chiringuitos. Negocios que expenden títulos. El modelo andaluz fue reacio a las privadas. Hicieron minimonopolios provinciales y los protegieron con una barrera gigantesca de legislación. Ahora aparecen muchas universidades [privadas] , que ejercen un derecho constitucional. Yo lo que pido es sentido común. No se trata de regular el número, sino de que lo que se ofrezca sea de calidad.
El «modelo bazar» no es el suyo.
No. Si yo hubiera sido consejero no se aprueba un «modelo bazar».
El modelo americano y el alemán
El americano es el que más le gusta.
No. Es el que más cito porque son más conocidas. Un mercado muy grande con más de 2.200 centros universitarios. A mí el modelo que me gusta por su seriedad es el alemán . Y todas son públicas. No están prohibidas las privadas, sino que tendrían que invertir casi mil millones para competir.
Del crack de 2008 tardamos casi una década en recuperarnos. ¿Cuántos años tardaremos con la pandemia?
Entre cinco y seis años. Y siempre que lo hagamos bien. En 2020 la economía española perdió casi doce puntos de PIB . Eso significa que si el año 2019 teníamos cien, el año 2020 producimos 88. En 2021 hemos crecido el 5% pero de 88. Por tanto, llegamos a 92 o 93. Este año vamos a crecer otro 6% si se cumplen las expectativas del Gobierno, que lo dudo. Y, a principios de 2024, llegaremos a los niveles de renta de 2019.
¿La inflación es la mayor amenaza?
En mi opinión, no. Tenemos factores estructurales más graves, como la debilidad de nuestro tejido productivo y algunos bandazos del sector público. Seguimos con niveles de gasto muy por encima de los impuestos. Y un sistema impositivo mal diseñado. Regresivo y no por culpa del IRPF sino por cómo financiamos las pensiones.
Hace 14 años leía a Juan Ramón Jiménez para recobrar la paz interior. Ahora, que vive en el AVE, ¿cuántos sonetos necesita?
He vuelto a la poesía pura. Esa poesía que se destila en solo dos versos. Y estoy descubriendo a poetas hindúes y de Medio Oriente . Aunque siempre vuelvo a Juan Ramón.
¿Le alimenta más Juan Ramón que Adam Smith?
Por supuesto. Siendo Adam Smith , para mí, uno de los grandes pensadores de todos los tiempos.
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