Fiestas

El futuro de los patios de Córdoba: ¿entrada de pago o acceso gratuito?

La opción de cobrar por visita divide a propietarios y agentes económicos y sociales

Colas para acceder al patio de Marroquíes, 6, con varios banderines de guías turísticos, el pasado sábado V. Merino

Rafael Verdú

La Fiesta de los Patios de Córdoba está a punto de cumplir 100 años —lo hará en 2021—. En 2012 fue declarada Patrimonio de la Humanidad , y desde hace años supera el millón de visitas, que no de visitantes. Es indudable que son un éxito, y un empuje para la economía cordobesa. Al calor de ese prestigio, hay cuidadores de patios que han visto en esta singularidad urbanística de Córdoba una oportunidad de negocio, o como poco un rédito para hacer frente a los onerosos gastos que tiene el mantenimiento de las plateas y su abundante vegetación. Y es así como surge la pregunta: ¿ deben los patios cobrar una entrada o tienen que seguir siendo gratis?

A favor está una de las inquilinas de Marroquíes, 6, Mari Ángeles Arquero . Para ella, el cobro de una entrada simbólica —uno o dos euros, propone— «haría la experiencia menos masiva y más selecta. Vendrían personas con más interés y sensibilidad con las plantas». Por su experiencia, la mayoría de los visitantes sólo quieren hacerse un selfie y sienten poco o nulo interés por las plantas. Para hacer fotos, acierta Arquero, «hay muchas cosas bonitas en el mundo». Las visitas en masa, además, acaban con uno de los rasgos por los que los patios fueron declarados Patrimonio, las relaciones de vecinos entre sí y con los foráneos. Cuando a un patio entran 3.000 personas al día por la puerta , los vecinos se retiran tras sus ventanas, porque si no «los turistas les dan con la mochila en la boca», dice con humor esta cuidadora.

Comparten su opinión algunos expertos en gestión turística. Como Antonio Ramos, de la consultora Adeitur , quien cree que «perfectamente se podría cobrar algo, para que repercutiese en los mismos propietarios». A cambio, el turista debería percibir una mejora en el servicio , como planos, folletos, guías... «De la manera que sea», declara. Facilita mucho las cosas el hecho de que la Fiesta esté ya consolidada, de modo que el turista sabe que su dinero no iría destinado a desarrollar algo que parte de cero, explica Ramos. Al turista lo que le molesta es, según el consultor, «pagar y no saber a dónde va ese dinero». Por el contrario, « el turista es muy generoso y si sabe que paga algo para ganar calidad y sostenibilidad lo hace con agrado», concluye Ramos.

Colas para acceder a uno de los patios de San Basilio en la pasada edición de los Patios V. Merino

Coincide el doctor de la UCO Ricardo Hernández , economista especializado en hostelería. «Es lógico que se pueda cobrar una entrada siempre que el importe de la misma o una parte vaya directamente a los gestores o propietarios del patio, ayudando a su sostenibilidad», declara. Hernández reconoce que todos los gastos de mantenimiento recaen sobre el propietario, mientras que «las subvenciones y apoyos se ven insuficientes». El profesor matiza que el dinero recaudado también debería servir, al menos una parte, para la mejora de la infraestructura de los barrios donde se ubican los patios, para «mejorar siempre la visita del turista».

En contra

En la parte contraria —esto es, quienes rechazan el pago— están las dos asociaciones que aglutinan a los propietarios de las plateas, Rafael Barón y Miguel Ángel Roldán (Claveles y Gitanillas y Amigos de los Patios, respectivamente). Cuando a Barón se le pregunta por el cobro de una entrada durante las dos semanas que dura la Fiesta, su respuesta es tajante: «Rotundamente no» . Y tirando de ironía, alega que «al que se le ocurra cobrar, lo condenas a Inquisición pública, porque la Fiesta ha sido gratuita siempre ». «Otra historia es», dice Barón, crear rutas turísticas de pago durante el resto del año, como ya hacen algunas empresas. La Fiesta debe seguir gratis porque «es altruista, se pone en valor la colaboración y se abren las puertas de manera libre», dice.

Le secunda Roldán desde los Amigos de los Patios: «He estado siempre en contra» de cobrar , aunque aclara que se trata de una postura personal y de la asociación; luego, «cada uno que haga lo que quiera en su casa, pero para nosotros lo importante es divulgar los espacios y que se cuiden. Iría en contra de mis principios» una entrada, siquiera simbólica, porque «se desvirtuaría» la Fiesta. Roldán afirma que ha rechazado ya varias ofertas para entrar en rutas de patios de pago. Su caso es contrario al de Araceli López , dueña de uno de los patios de pago, que declaró a ABC durante el concurso que «nuestros clientes tienen muy claro que pagan por que uno de nuestros guías los acompañe a varios patios fuera de concurso».

El Ayuntamiento lo ve de forma muy distinta. Carmen González (PSOE), edil de Promoción de la Ciudad y responsable de la organización del certamen, se refirió a la polémica generada por el cobro en algunos recintos fuera de concurso este mismo año: « No me parece bien que haya gente cobrando por esto y más usando el nombre del concurso».

Un guía conversa con turistas en el patio de la calle Marroquíes, 6 Valerio Merino

Por otro lado, también hay quien siembra dudas sobre la posibilidad de implantar un pago para entrar a los patios, puesto que la Unesco valoró precisamente esa hospitalidad. Y si hay contraprestación, el acogimiento sincero se torna negocio, aunque sea legítimo. Así lo explica Rosa Colmenarejo , profesora de la Universidad Loyola que realizó su tesis sobre los patios: «Si los dueños deciden cerrarlos y abrirlos solo a quien pague, eso no es lo que ha reconocido la Unesco... o puede que sí ». En cualquier caso, Colmenarejo plantea que deben ser los propietarios quienes decidan libremente si cobrar o no. Al tratarse de una propiedad privada, «los únicos que están legitimados para tomar decisiones son los dueños. Y lo que decidan bien estará ».

Un punto de vista contrario es el de los empresarios , que son quienes más se lucran con el éxito de los Patios. Aun a sabiendas de que son espacios privados, la patronal CECO cree que la decisión sobre cobrar o no debería tomarla todo el sector en su conjunto, y dentro de un marco mucho más amplio, la elaboración de un plan integral de turismo para Córdoba que abarque todos los aspectos de un sector clave de su economía. Lo dice Javier Campos , presidente de la comisión de Turismo de CECO, quien cree que «aquí vamos a salto de mata. ¿Por qué no nos sentamos y hacemos un plan en 12 meses con la Córdoba que queremos?».

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