Coronavirus Córdoba
Frenesí de compras en el primer día hábil del comercio de 2021
El Centro se llena de clientes de las tiendas en una mañana de sol y temperaturas frías
Compre, compre, compre. Para olvidarse de los malos momentos. Para soñar con un año feliz que no tenga nada que ver con el que hemos padecido en los últimos doce meses. Compre, compre, compre. Aunque haga frío , mucho frío, y los termómetros callejeros de Colón o de La Viñuela no marquen más de cinco o seis grados. Compre, compre, compre. Como si no hubiera un mañana.
Este sábado , el primer día hábil para el comercio de 2021 , en el Centro de Córdoba se libra una batalla feroz contra la maldición que arruinó 2020 . El escenario de la contienda es la calle , atestada de ciudadanos desde poco después de las diez de mañana. Las trincheras son los mostradores y los escaparates. El de Lui de la calle Cruz Conde resume bien cómo están los ánimos: «Demos la espalda a 202o . Descuentos del 20 por ciento. Gracias por apoyar al pequeño comercio », decía un letrero.
El primer sábado de enero guardaba una mañana de sol . Y de frío. Con guantes , bufandas y gruesas prendas de abrigo, los clientes de algunas tiendas hacían cola en el exterior de los establecimientos: las limitaciones de aforo que siguen vigentes no casaban con el ansia consumista, que en verdad es una de las manifestaciones de las ganas de que la vida vuelva a la normalidad tras los estragos del coronavirus . Springfield y el Decathlon , en Cruz Conde , conocen una afluencia importante de compradores, que esperan su turno en sendas filas indias que llegan al lado opuesto de la avenida.
Las ofertas y el anticipo de las rebajas funcionan como un reclamo eficaz. Hay carteles de gangas en el Sfera del tramo peatonal de Gran Capitán , en el Ulanka y en Inside de Concepción . La tienda de pijamas y de ropa interior femeninos de los bajos del edificio La Perla, en Gondomar , está cuajada de hombres detallistas que le piden consejo a las dependientas sobre la talla de las prendas. «Usted sabrá», le responde una empleada con media sonrisa a un cliente.
En El Corte Inglés no hay departamento en paz . «Con lo que hemos ahorrado en el confinamiento tenemos para la Play del niño, ¿no, Juan?», sugiere una mujer a su acompañante en las escaleras mecánicas. «Me da a mí que estamos gastando más que antes, cuando podíamos ir a los bares y viajar. Con eso de que ahorramos se nos ha abierto un agujero en las manos», le responde él.