ENTREVISTA
«Fray Albino vuelve a los peores tiempos cuando la heroína segó decenas de vidas en los años 80»
El párroco de San José Obrero, Antonio Murillo, narra cómo está la situación en el barrio
![Antonio Murillo, párroco de Jesús Divino Obrero](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2018/03/26/s/parroco-sanjoseobrero-cordoba-kpjC--1240x698@abc.jpg)
El párroco de Jesús Divino Obrero en Fray Albino, Antonio Murillo, lleva 22 años en el barrio. Ha celebrado decenas de funerales personas adictas a las drogas , sobre todo, con la gran crisis del sida de los años 80 . Ahora, dice, el panorama alrededor de su parroquia recuerda que es parecido al que dejó sembrado el caballo . Este párroco comprometido con el bario está junto a los enfermos y sus familias. «Hablo con ellos y me llevo bien con estos enfermos, porque alrededor de mi iglesia es un sitio donde suelen consumir porque hay una puerta lateral del templo que da a la tapia de unos colegios y se refugian ahí que no hay casas a las que molestar», relata este sacerdote.
«Es un barrio de mucha gente sencilla y buena , pero ante la pobreza han encontrado un recurso fácil económico en la venta de drogas, y luego ya entran en el consumo, y otras veces por quitarse la pena se meten en el alcohol o la droga », asegura.
Antonio Murillo recuerda claramente que «hubo una época en la que el sida castigó mucho este barrio , sobre todo en los años 80 y 90. Todavía hay alguna persona fallece de la enfermedad pero muchísimas menos. Pero la droga es un tema recurrente porque ante la crisis económicas vuelven a recurrir a eso como ha ocurrido».
Servicios sociales y policía
Sin embargo, este párroco no sabe precisar el número de personas que atiende ni el número de drogadictos en estas circunstancias. Lo que sí reitera Murillo es que los Servicios Sociales Municipales sí realizan su labor y también la Policía Nacional que da vueltas por el barrio. «Unos para ayudarles y otro para darle tranquilidad a los vecinos», explica.
Murillo habla de que se trata de un problema de origen . Las familias, lamenta, «están cada vez más desestructuradas . Eso lleva consigo unas dificultades en la educación de los niños, también carencias afectivas. Eso, a la larga va creando un caldo de cultivo para eso. Si luego se le crean necesidad pues todo es un conjunto de situaciones que abocan a este extremo».