CARTAS A CÓRDOBA
¿Y por qué no hicieron una curva?
Tenemos alta velocidad pero perdimos un palacio tardorromano del siglo III
Querida Córdoba : Presumes , como nueva rica, de ser una de las capitales españolas mejor comunicada por trenes de alta velocidad . Pero ¡ qué caro salió aquello ! La prisa de tu hermana Sevilla por tener el AVE a punto para la Expo 92, con la complicidad de las autoridades todas, arrasó un palacio tardorromano que aún estás, estamos, llorando. Qué torpeza , Córdoba, cómo te engañaron. La alta velocidad , deprisa deprisa, arrolló sin contemplaciones uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la época , como si la autoridad -sálvase quien pueda- pretendiese recuperar entonces el tiempo perdido en las negociaciones técnicas y políticas del plan Renfe. Desde entonces, somos el hazmerreir en los congresos de arqueología, y no lo mereces, Córdoba.
Los promotores sin alma, los emperadores del ladrillo , siempre han llamado despectivamente ‘piedras’ a las huellas de tu pasado bimilenario , considerándolas obstáculos para el progreso, su progreso y su negocio. Faltó un par , Córdoba, para parar aquello , como años atrás los universitarios encaramados a las excavadoras paralizaron que un aparcamiento subterráneo arrasara los veinte siglos de pasado arqueológico que duermen bajo tu mal llamado Bulevar. ¿Recuerdas cómo tu alcalde Anguita, ahora rememorado con homenajes merecidos, tapó con arena aquel inmenso agujero antes de que se convirtiese en su tumba? Pero en Cercadilla no tuvimos la misma suerte, Córdoba, pues Sevilla y su Expo metían prisa. Y el tren nos arrolló .
Sí, presumimos de nueva Estación y de alta velocidad -porque estamos en el camino de Madrid a Sevilla, no por nuestra cara bonita- mucho antes de que llegara a Cataluña y Galicia, qué proeza, y cuando aún no la tienen los vascos. Pero a cambio perdiste un yacimiento arqueológico que hubiera atraído el turismo cultural . Ay, qué torpeza. Y al menos si hubiésemos mimado el resto palaciego que se libró del bárbaro atropello, el disgusto se hubiera amortiguado, pero no, la Junta se deshizo de aquello, avergonzada de su error , y cedió su gestión al Ayuntamiento , que, desbordado por tantos frentes, incumple las promesas de ‘ponerlo en valor’ y lo condena a una inmerecida condición de yerbazal -que ahora limpian los buenos trabajadores de Sadeco- en el que emergen los restos del gran complejo palaciego del siglo III como una triste derrota; el error que marcó tu despedida del siglo XX, vaya faena.
Al cumplirse ahora treinta años de aquel atropello la arqueóloga Camino Fuertes ha recordado el arqueocidio (perdón por el palabro, pero ya me entienden) y la prensa te saca los colores una vez más. Cambiamos un palacio tardorromano por una estación de Ave. Te vendieron por un plato de lentejas, Córdoba . Cuando hace unos días traté de explicarle a mi nieto benjamín aquel atropello, me respondió con la clarividencia temprana de un niño de ocho años : «¿Y por qué no hicieron una curva , abuelo ?».
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