Cartas a Córdoba

La ciudad creciente

¿De dónde surgen los cordobeses que habitan los bloques de viviendas en los nuevos barrios?

Viviendas en construcción en Huerta de Santa Isabel Valerio Merino
Francisco Solano Márquez

Francisco Solano Márquez

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Querida Córdoba: He paseado por algunos de tus nuevos barrios occidentales y me ha sorprendido tu crecimiento desaforado en los últimos años, hasta el punto de pensar que me encontraba en otra ciudad. No te reconocía, vieja dama. El casco antiguo, en el que reside tu esencia y tu carácter, lleno de casas reconvertidas en alojamientos turísticos, ahora vacíos, va languideciendo, mientras en las afueras, en lo que eran huertas y fincas de labor, van surgiendo nuevos barrios, tu renovada cara de progreso y expansión. Unos barrios que recuperan topónimos antiguos como Cortijo del Cura , Turruñuelos, Huerta de Santa Isabel , o suman nuevos nombres como Poniente Sur o Ciudad Jardín de Poniente. Esta expansión urbana se suma a las que la precedieron por El Patriarca, El Tablero , La Arruzafilla, Arroyo del Moro y Noreña.

Tanto aquella solitaria isla urbana que fue el Parque Figueroa como su cercano barrio San Rafael de la Albaida, de modestas raíces rurales -donde hasta no hace mucho cantaban los gallos al amanecer y ladraban los perros guardianes-, van siendo cercados por modernos edificios y conjuntos residenciales de nombres sugerentes dotados de espacios verdes con piscinas, parques infantiles e incluso pistas de pádel ; confort y modernidad para quien pueda costeárselos… con ayuda de los bancos, claro.

En estos tiempos de grave crisis económica, y lo que te rondaré morena, es una alegría ver alzarse esbeltas grúas en macroparcelas ya urbanizadas, de calles amplias , anchas aceras, aparcamientos y carriles bici. Calles ya bautizadas con nombres más o menos ilustres entre los que suelen predominar las mujeres; será por la cuota que va imponiendo el feminismo influyente. Y es curioso, querida Córdoba, que crezcas preferentemente por Poniente, mientras que en Levante , por donde despunta el sol, parece congelada tu expansión urbana. Cosas de los urbanistas, de los «pegous» y acaso de la especulación , que, como sabes, Córdoba, se alimenta de buenas tajadas de suelos recalificados.

Pero hay algo que no me explico: ¿de dónde salen las familias, miles de familias , que habitan tus barrios nuevos si el censo de población no crece al mismo ritmo? Fíjate, consulto los censos del último lustro y me sorprende que andes anclada en los trescientos veintitantos mil habitantes, así que me pregunto de dónde surgen los pobladores de esos nuevos bloques de seis o siete plantas que brotan como setas en tu periferia occidental. Un verdadero misterio.

Eugenio Sánchez-Ramade también se preguntó hace unos meses en estas páginas «dónde están las 100.000 personas (25.000 familias) necesarias para habitar las 25.000/30.000 viviendas que se anuncian, sin un desarrollo industrial». Eso, dónde están, Córdoba. ¿Acaso la paulatina despoblación de tu casco antiguo es el precio que estás pagando por mirarte en el espejo de esos nuevos barrios que renuevan tu piel, como un lifting urbanístico? No pierdas tu alma.

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