ENTREVISTA
Francisco Serrano: «Las almazaras han de adapatarse para molturar las cosechas récord»
El presidente de Almazaras de la Subbética cuenta con el mejor aceite del mundo de esta campaña «The World´s Best Olive Oils»
Según su presidente, Francisco Serrano, «el espíritu de mejora continuo» es el que ha llevado a Almazaras de la Subbética a coronar su virgen extra como «el mejor aceite de oliva del mundo de la campaña 2018/2019». La empresa cordobesa vuelve a arrasar en el ranking internacional «The World’s Best Olive Oils», logrando medalla de oro en todas las categorías: mejor virgen extra, mejor aceite ecológico, mejor almazara de aceite en producción convencional y mejor almazara ecológica. Un reconocimiento que además cuenta con un importante retorno y en el que la imagen de la empresa sale «muy reforzada», subraya Serrano. Pero no sólo de premios vive el sector oleícola, inmerso en un nuevo escenario de producción debido a las nuevas plantaciones superintensivas. Por ello, Almazaras de la Subbética se adapta a las contingencias futuras de cosecha apostando por la integración, una constante empresarial que ya en 2010 dio origen al grupo de graneles Almaliva Group.
-¿Los premios internacionales son sólo un reconocimiento o también una llamada comercial?
—Los reconocimientos otorgados por WBOO (The World’s Best Olive Oils) son para nosotros muy importante, pues sitúan nuestros aceites como referentes mundiales. Todo premio tiene dos componentes. El primero sirve para reconocer el trabajo bien hecho de todo un equipo, algo que motiva e invita a seguir mejorando. El segundo es el retorno empresarial y cada día constatamos más la importancia de estos premios, tanto por el reconocimiento de nuestros clientes como por el incremento de las ventas. Cada vez hay más información que llega al consumidor relacionada con los aceites de oliva virgen extra y este tipo de premios hace que éstos se interesen más por productos diferenciados y avalados por jurados externos e independientes.
Gran parte del éxito de sus aceites viene del olivar, muy antiguo y envlavado en paisajes de sierra o montaña. ¿Cuál es el futuro de estos olivos frente e las nuevas plantaciones superintensivas?
—Nuestro olivar tiene un componente social y medioambiental muy fuerte. La única forma de poder seguir adelante es a través de la calidad y de saber transmitir al consumidor la realidad que hay detrás de nuestro aceite virgen extra. Saber comunicar que es un cultivo que arraiga población al medio y del que dependen miles de familias. Nuestro olivar, centenario en la mayoría de los casos, al ser de montaña tiene unos costes más elevados que las plantaciones superintensivas, pero es un olivar tradicional y familiar.
—¿Las almazaras están preparadas para la recolección masiva que supone el olivar superintensivo, cada vez más presente a nivel nacional?
—No. En esta campaña ya hemos tenido problemas de capacidad de molturación, de bodega de almacenamiento, de transporte, de almacenamiento de orujo, etc. Estamos en un nuevo escenario de producción y hay que prepararse para molturar cosechas récords de aceituna que den 2 millones de toneladas de aceite. La mayoría de las almazaras existentes no están agrupadas. Nosotros apostamos por la integración, y en 2010 auspiciamos «Almaliva Group», formada por 14 cooperativas de Córdoba y Granada, que cuentan con 15 fábricas en total. Almaliva puso en marcha el año pasado una bodega de 9,3 millones de kilos de capacidad para hacer frente a este tipo de contingencias futuras.
—¿La industria ha evolucionado a nivel tecnológico tanto como lo ha hecho el cultivo en el campo?
—El sector dispone de tecnología suficiente para producir aceite de calidad y dar respuesta a los nuevos ritmos de recolección; otra cosa es que las industrias almazaras dispongan de medios ya implementados y/o de la capacidad financiera para poder hacer frente a las correspondientes inversiones.
—¿El problema de los bajos precios del aceite podría dejar de ser coyuntural y pasar a ser estructural?
—Las producciones van a seguir creciendo, pero también lo hará el consumo. Muestra de ello es que hace unos años se producían en España 500.000 toneladas y ahora estamos en 1,8 millones de toneladas y prácticamente no hay excedentes estructurales. No obstante, hay que pensar en invertir más en promoción del virgen extra y de sus bondades para incrementar el consumo y abrir mercados, lo que aumentará la demanda y, por ende, los precios.
—¿Qué proyectos tiene Almazaras de la Subbética a corto plazo?
—Hacer mejoras en la recepción de la aceituna, para poder clasificar de la forma más amplia posible y en las mejores condiciones. Aumentar la capacidad de molturación y seguir avanzando y consolidando la integración empresarial a través de Almaliva Group, que gestiona Almazaras de la Subbética. Sin olvidar la puesta en marcha de proyectos donde la calidad, la sostenibilidad y la diferenciación sean la carta de presentación.