Pretérito imperfecto
Señoras de las Tabernas
Una de berberechos: la de Pablo Iglesias fundando el PSOE en una taberna de Madrid hace 141 años. Aunque para tabernas, las de Córdoba

Es más que probable que el día que Pablo Iglesias (el original) fundó el Partido Socialista Obrero Español degustara unas exquisitas croquetas de bacalao. Podría ser un 2 de mayo de 1879 , y por aquel entonces, la taberna Casa Labra en Madrid , fundada en 1860 , estaba a punto de cumplir veinte años. Es más que probable que en uno de sus salones, dieciséis tipógrafos, cuatro médicos, dos joyeros, un doctor en ciencias, un marmolista y un zapatero ayudaran a fundarlo. Lástima que hoy, esa caterva mundana con oficio de verdad, sería considerada fascista con ribetes aún peores por sus propios biznietos políticos empeñados en echar abajo la propia historia de su partido. Gente tabernaria aquella, hoy estigmatizada por la ceguera.
O como el mismísimo Felipe González , que gobernaba desde La Bodeguilla. Que Adriana Lastra, escasa de estudios, sobrada de parasitismo político, diga sandeces, no debe extrañarnos. Ni siquiera conoce la historia de sus propias siglas ‘ tabernarias ’. Su Bachillerato no le da para más. Pero que la vicepresidenta Carmen Calvo , versada y más que estudiada, de la tierra de la tabernas por antonomasia, asuma un rol vergonzante para verter la bilis que Sánchez guarda tras la fuerte cogida sufrida en Madrid en un indecoroso discurso de etiquetas, naftalina , mal perdedor y cargado de prejuicios a cuenta de los electores de Madrid que como ‘ tabernarios ’ han votado lo que han votado..., ruboriza, entristece... y duele.
Para tabernaria Córdoba , en cuyas tabernas se ha escuchado el mejor flamenco, se ha escrito la mejor poesía —todos los poetas de Grupo Cántico a los que tanto manosea la vicepresidenta—, se ha bebido el mejor vino que hay —pagos conocidos lo suficiente por la señora Ca lvo —, se ha toreado de salón, se ha conversado de la manera más amistosa y se ha ejercitado la libertad, la concordia y la tolerancia, de izquierda a derechas, sin odio ni vísceras ; el encuentro del que han renegado ya los aniquiladores del partido que Pablo Iglesias fundó en una taberna hace 141 años; y se ha hecho mucha política con un fino en lo alta de la madera, del contubernio comunista a la flama conservadora...
La próxima vez que venga a visitar la Biblioteca interminable de Los Patos para anunciar su reapertura algún día de estos, como un caprichito de miriñaque, y a la que ha decidido bautizar con el nombre de Grupo Cántico —versos tabernarios—, dése una vuelta por las tabernas denostadas y malqueridas, donde además de berberechos le van a poner otras vísceras más jugosas que esta tierra pare, le van a hablar de frente y con elegancia, sin menoscabo, para recordarle allí mismo su pedigrí y aclararle que aquí, sin ínfulas que medien, seguimos siendo tabernarios y a mucha honra.
Desde aquí hago un llamado a los señores del Aula del Vino de Córdoba para que no demoren más lo que es un título ganado a gritos por colleras: el de Isabel Díaz Ayuso y Carmen Calvo como próximas ‘Señoras de las Tabernas’.