Pretérito Imperfecto

Rector Gómez Villamandos

Hombre templado sobre un fuerte liderazgo en una plataforma como la universitaria, difícil de repetir

José Carlos Gómez Villamandos: «La Universidad de Córdoba no está ya crispada ni la promoción profesional frenada»

José Carlos Gómez Villamandos posa para ABC en una reciente entrevista en el Rectorado de la UCO Álvaro Carmona
Francisco Poyato

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La Universidad de Córdoba cambia en unos días de virrete máximo, pero desde hace unas semanas asistimos a la despedida obligatoria, por limitación de mandatos, de José Carlos Gómez Villamandos . Este catedrático de Anatomía de la Facultad de Veterinaria ha sido rector desde 2014 de manera ininterrumpida -vencedor en las elecciones de 2018- y desde 2019, el representante de todos los rectores españoles.

Si nos atenemos al rosario de distinciones y homenajes que Gómez Villamandos ha recibido en Córdoba y fuera de la ciudad estos meses, la concurrencia para destacar su trayectoria e impronta no admite fisuras . Hombre templado que ha granjeado un fuerte liderazgo desde una plataforma como la universitaria, difícil de repetir, y se ha convertido de manera legítima en un magnífico embajador de la marca Córdoba y un destacadísimo representante de los intereses de la ciudad y su Universidad, que cumple medio siglo durante el presente año -hay quien lo ve dando el salto a la política en no muy breve tiempo-.

Quiero destacar aquí, en este punto, el último tramo de su labor, acompasado con una traicionera enfermedad que ha sabido llevar con la misma discreción y naturalidad que con las que no ha cesado, prácticamente, en su empeño académico y gestor en tiempos complejos. Estando al pie del cañón.

Analizar la Universidad sin convivir con sus códigos y esquemas de puertas para adentro es harto complicado y algo osado. Si a veces vilipendiamos las malas artes políticas como si de un submundo marrullero y pestilente se tratase, no hay que rehusar de una aproximada atmósfera, más versallesca pero no menos hiriente, en el protocolario mundo de virretes y togas, saberes y aprendizajes, egos y vanidades.

Doctores tiene la Iglesia. Las puñaladas están más leídas. Por eso, cualquier análisis fino estará incompleto por las claves internas que mueven su engranaje y que tan sutil y corporativamente guardan los señores y señoras universitarios.

Empero, ateniéndonos a los datos a los que podemos ir y a los asuntos de primera fila que los periodistas hemos analizado, el trabajo de este campechano profesor admite una alta nota. En sus mandatos, la UCO ha aumentado de manera notable la oferta de grados , manteniendo un nivel de estudiantes frente a la natalidad y a la tremenda competencia en la oferta de estudios que existe.

Ha blasonado la potencia investigadora y científica de una Universidad que avanza en la particular selva de los ranking con paso firme configurando un escaparate de primerísimo nivel. Con recursos propios y ajenos, pero con una clara estrategia.

Y qué duda cabe que en la llegada de la Base Logística del Ejército , este rector y su equipo tienen mucha ‘culpa’ . La asignatura pendiente del roce con el vulgo de la calle ha ganado enteros. Aún quedan poros que abrir en esa burbuja. Y en la política universitaria ha sabido sacar tajada y dejar en la calculadora de la UCO mejores ganancias -sólo basta leer las críticas de sus homólogos andaluces a la Junta-. Cuídese, rector.

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