Pretérito Imperfecto

No meter la pata

El mandato empieza a acabarse. Consigna clara: acabar lo que hay en marcha y no meter la pata

Bellido acompañado de Salvador Fuentes este viernes en su visita al Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones de Córdoba ABC
Francisco Poyato

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El principio del fin del mandato en el Ayuntamiento de Córdoba llega . El cogobierno PP-Ciudadanos acaba de impulsar el presupuesto con el que va a cerrar cuatro años al mando. Apurando mucho en 2023, ni entraría en vigor con la campaña en ciernes y sólo valdría el empeño de fijar el rumbo al siguiente gobierno, si se tiene muy claro quien repetirá -y las encuestas, momentáneas, apuntan a ello-.

La consigna interna es clara: no meter la pata y acabar lo que hay en marcha , que es mucho, por cierto; pero que se ha demorado más de lo previsto en algunos flancos, en honor a la verdad. Por medio se ha cruzado una gravosa pandemia, y aunque no valgan las ucronías, ¿estaríamos en el mismo punto de no haberse cruzado el coronavirus...?

Salvo que Vox nos sorprenda con otra ‘espantá’ de las suyas a última hora, las cuentas municipales para 2022 saldrán adelante en un mes y antes de que comience la refriega electoral andaluza , evadiendo injerencias externas y estratagemas cerriles a costa de cualquier cosa. Bellido y Fuentes asumieron la petición de la formación de Abascal de acabar con las plusvalías, y en el acuerdo iban los presupuestos de 2022 sin ambages -aunque haya que teatralizar la negociación y el sitio que cada uno ocupa-.

La guinda ha sido el cerrojazo al Imtur exigido por Vox , pasto de una áspera oposición para ahondar en la herida del lado naranja más débil del gobierno local. Diez años lleva Córdoba intentando articular un órgano y una estrategia turística inalterable -última parada, el ‘espectáculo’ del Alcázar, otra década para nada-. Todo casi igual.

La hoja de ruta, pues, de Bellido es terminar todo lo que se encontró de María Isabel Ambrosio a medio empezar, aprovechar lo que está sumando la Junta de Andalucía (véanse ascensores de Santuario, equipamientos de salud, carreteras, Base Logística...), no fallar en la misión estratégica con Defensa , uno de sus grandes logros y oportunidades para la ciudad -por mucho que a cierta derecha, o supuestos ejercientes de la misma, no le guste admitirlo- y evitar más errores forzados y no intencionados internos de su equipo, charcos innecesarios, esperando a que la pandemia termine de remitir y las cosas vuelvan a su estado natural en el Mayo Festivo o el ‘veroño’ cordobés .

La llegada de las elecciones andaluzas, con toda probabilidad en primavera, va a ralentizar un acción gestora que no debe despistarse ni un minuto, y así nos veremos en septiembre próximo haciendo cuenta atrás y ejecución de proyectos que poseen asignación que hay que poner en carga, por mucho que la paquidérmica y retorcida maquinaria municipal sea el principal obstáculo de quien rija la Casa de todos los cordobeses.

Cualquier iniciativa que pueda suscitar agrias polémicas , plataformas ‘exprés’, forofismo en el Pleno, movimiento ‘ciudadano’ politizado y ventaja a la oposición, ‘piano, piano’. Pliegos como los del estadio y Miraflores, grandes cambios normativos en el Casco u otros conejos de la chistera, juego de manos. Si de verdad se acabara lo que hay en marcha, ya es para darse con un canto en los dientes.

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