Pretérito imperfecto
Inmatriculaciones, alfa y omega
¿Qué harán ahora todos los que han vivido de este cuento durante ocho años...?
El Obispado de Córdoba reconoce una sola inmatriculación problemática, un solar en Pedro Abad
Empezó Susana Díaz y terminó Pedro Sánchez. Entre medias, culebreó Carmen Calvo sin más daños colaterales, pero poniendo la sal en la mollera, que dicen en su pueblo, por aquello de guardar en su baúl de los secretos de Estado la triquiñuela para quitarle la propiedad de la Mezquita-Catedral de Córdoba a la Iglesia. Dixit.
Susana Díaz, hoy en el olvido más absoluto de quien iba a ser y en nada se quedó, fue el ‘alfa’ de una polémica estéril, demagógica y artificiosa que exitó a cierta ‘gauche caviar’ y que ha transcurrido por cauce guadianesco ocho años hasta desembocar en el mar del ridículo. O más bien, en el océano del cínico más grande que Moncloa vio, posando con la Conferencia Episcopal y dando carta de naturaleza y oficialidad a lo ya sabido.
Pelillos a la mar, que ahora toca centrar el perfil que se orilló en la etapa de Iglesias con las encuestas cayendo en picado. Y como Yolanda Díaz se puso mantilla en el Vaticano , el presidente guapo tendió puentes de plata entre obispos y cedió las llaves del convento sin menoscabo de otra desamortización.
Cuestión de unas casas y pequeñas ermitas a devolver, y aquí paz y mañana gloria. Ocho años atacando sin desmayo , con las artimañas más inimaginables y los subterfugios más sucios la identidad de un monumento, su historia -la de Córdoba por extensión-, su propiedad y los pilares del ordenamiento jurídico y las buenas normas registrales a costa, simplemente, de poner cachonda a su parroquia con el recurrente asunto eclesiástico. Susana fue el ‘alfa’ y Pedro la ‘omega’. Susana llegó a poner precio a un presunto ‘robo’: los 20 euros de la nota simple... Aquella pantomima de Federico Mayor Zaragoza , el tantas veces condecorado por Franco y hombre de paz Unesco ... Aquella alcaldesa de la comisión fantasma... Aquellos ‘rufiancillos’ y aquel ínclito almuecín de Almodóvar del Río ...
Carpetazo al expediente de la Mezquita tras haber removido cielo y tierra y haber puesto a todos los registradores de este país a deducir listados y notas simples para ver de qué forma vestían la estratagema para acabar robando el corazón del tesoro. Y el gran botín se ha quedado entre los matojos de un solar en Pedro Abad. ¿Qué harán ahora todos los que han vivido de este cuento durante ocho años...? ¿Le pedirán cuentas al ‘alfa y omega’ de la arrogancia y la vanagloria que habita Moncloa...?
Puesta toda la carne en el asador como han hecho, alguien, de puertas para adentro, tendrá que darles explicaciones de este cierre presidencial a una tormenta que tronaba más que mojaba.
Niños y niñas, el cuento de la Mezquita toca a su fin . Quedaos con la moraleja de esta fábula laica que quiso, cual cigarra, horadar el tesón de la hormiga que administra su verdadera fortaleza de la persistencia y el tiempo. En estos ocho años, la ‘Octava Maravilla’ se ha puesto de dulce, en la encrucijada de seguir descubriéndose, atrae a más turistas que nunca -salvedad de la pandemia- y ha espoleado a ese ‘malvado’ cónclave de canónigos que engatusaron a un rey santo... hace ocho siglos . Colorín, colorado.