Pretérito imperfecto
De Fátima Gálvez a ‘Balita’ Lozano
Ha de estar bueno don Pío, su niña Fátima, aquella chiquilla que surcaba amaneceres con él por Baena, lo ha conseguido
Ha de estar bueno don Pío . Su niña Fátima , aquella chiquilla que se agarraba a su mano cuando surcaba los amaneceres en Baena para seguir los pasos de su padre en un día de caza , posaba hace pocas horas su mano en el corazón , emocionada, con una medalla de oro olímpica tan grande que parecía la silueta de un tambor judío en el pecho y el himno de España sonando para acompañar el ondeo de la bandera. Fátima Gálvez se corona en lo más grande del Olimpo deportivo tras muchos años de competición exitosa en campeonatos mundiales y europeos que se quedaban muy cerca de la orilla cuando se trataba de la máxima competición y que, por fin, ha tenido la justa recompensa a tanto sacrificio. Hace unos meses, en una entrevista con ABC , esta joven enfermera de 34 años tenía un recuerdo para sus compañeros sanitarios en plena pandemia. «Todos ellos sí que se merecen una medalla», comentaba.
El medallero ‘ cordobés ’ tiene ya a una nueva héroe deportiva que entronca con otras historias humanas de superación nacidas de la nada y que un día lograron tocar el cielo del éxito olímpico. Ese que tanto nos une y nos conmueve con la misma épica y los mismos valores de aquellos primeros soldados helenos que surcaban los campos de batalla en busca de la gloria a través de gestas casi imposibles.
Rafael Berges abrió camino en aquella final de fútbol en Barcelona 1992 , cuando España conquistó el oro olímpico con una selección de nombres que hoy trascienden los galones y el palmarés estelar. Felipe Reyes ‘Felipón’, el niño grande que aún parece que dé carreras por la calle Vázquez Aroca de Ciudad Jardín. Un auténtico portento deportivo y profesional, capaz de atesorar tres medallas olímpicas con una escuadra que aún nos sigue dando alegrías y permitiendo saborear el mejor baloncesto posible. Una ‘familia’ que ha llenado este deporte de principios tan carentes en el mundo actual y hasta en otras modalidades de mucho más postín.
Dos platas y un bronce en la canasta de Felipe . No nos vamos a olvidar tampoco del castreño Juan Antonio Jiménez y su éxito bañado en plata en hípica en Atenas 2004. Ni del pontanés Víctor Sojo , un habitual de las alineaciones más laureadas del hockey español, con otra plata en las Olimpiadas de China . Y, por supuesto, Lourdes Mohedano , la mujer de la gimnasia rítmica y su medalla de plata en Río de Janeiro 2016 . Una disciplina sufrida y exigente. El referente de tantas niñas que hoy pululan por el parqué de Vista Alegre soñando en el vuelo de la cinta con tocar el mismo techo que la joven de Peñarroya.
Pero si me tengo que quedar con uno de nuestros medallistas , ése es Rafael ‘Balita’ Lozano , un humilde campeón con el que todos hemos empujado buscando el golpe de suerte que nos ha hecho vibrar, esquivando otros golpes de la vida. A todos ellos, gracias y nuestro homenaje.
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