Pretérito Imperfecto
Enroque y puntapié
La estrategia de Vox en el Ayuntamiento de Córdoba hace extraños compañeros de viaje
El duelo a lo far west entre el Partido Popular y Vox en la pasada moción de censura a Sánchez va a pasar factura hasta en el último confín político. No parece que sean ni el momento ni el escenario más idóneo -pandemia y economía-. La moderación y el acuerdo no cotizan al alza en un contexto de agitación y extremismo , de ruptura y disenso, de demagogia y vehemencia, de propaganda y revanchismo. Hay una guerra soterrada de espacios políticos donde cada asunto es una oportunidad para empujar al rival al lado contrario e intentar abarcar el hueco libre en detrimento, siempre, de los ciudadanos, atónitos ante el espectáculo. Vale más el puntapié en la espinilla bajo la mesa que la traslación al vecino de a pie sobre la mesa de que todos estamos en el mismo barco frente a una situación cada día más agónica. En todas las escalas: hay quien aprovecha para cercernar un régimen, acortar libertades y remover las entrañas de la moral... y hay quien sólo busca sacar tajada personal en el plano más cercano.
Más de dos mil hosteleros se manifestaron esta semana en Córdoba mentando ruina. Y así podríamos seguir con comerciantes, taxistas, hoteleros, libreros, gestores culturales o cualquier otra actividad dañada. El presente más inmediato apunta más desempleo y nulas expectativas de que la «uve» que nos vendieron remonte la gráfica. Sin embargo, en el Ayuntamiento de Córdoba ha sido imposible llegar a un acuerdo unánime para decidir dónde se gastan 17 millones de euros de ahorros que insuflen algo de oxígeno a esta dramática situación que atravesamos. Probablemente sean insuficientes, pero necesarios. Vox , la quinta fuerza del Pleno y decisiva para la gobernabilidad de la ciudad en el pacto del PP y Cs, se ha desmarcado del mismo -donde han estado todas las fuerzas de la izquierda- dando una vuelta de tuerca a una estrategia que genera dudas y extraños compañeros de viaje.
El «castigo» a los populares -que están cometiendo errores- le ha llevado a posicionarse ya en Capitulares más de una decena de veces con el socialcomunismo de Sánchez al que reprobaron en la moción. Rechazando planes de apoyo a joyeros, jóvenes parados o empresas del ámbito cultural... entre los que puede que haya algunos de sus doce mil votantes . Y el virus no entiende, por ahora, de ideologías. Aunque los de Abascal han dado su visto bueno a las ordenanzas fiscales de 2021, la mitad de un presupuesto, es más que probable que dejen colgadas en la percha las cuentas municipales de un año que ya pintan malo. Asistimos al mismo movimiento en Andalucía, tras la enmienda a la totalidad de los presupuestos de la Junta.
La clave pasa por un enroque político, en el extremo antisistémico, que tendrá sentido mientras la deriva socialcomunista prosiga a mayor desgracia de todos. Pero que en la esfera más próxima, cuando los problemas ya no entienden de tácticas en las casas , no parece llevar a buen puerto.
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