Pretérito imperfecto
Cuentas pendientes
Si no lo evita la cintura política de Bellido, todo apunta a que se verá abocado a prorrogar los presupuestos de 2021
El ejercicio nace cojo en la base contable del Ayuntamiento de Córdoba . Tenemos ordenanzas fiscales que recaudan -con bajada por tercer año consecutivo de la llamada presión fiscal-, pero no hay presupuestos municipales aún para dar soporte a esos ingresos que luego se revierten en el funcionamiento ordinario de la ciudad.
Ya le sucedió a Bellido en el curso anterior, pero terminó con un hábil juego de acuerdos con el PSOE, principal grupo de la oposición en Capitulares , tras los regates imprevistos de Vox , que dio el sí y, posteriormente, se envainó el apoyo para decir que no por unas razones que tenían difícil explicación, dado el anuncio específico de aquella primera ‘entente cordiale’ que alcanzaron con los populares y Ciudadanos.
El tiro le salió por la culata a la formación de Santiago Abascal, y el cogobierno encontró una coyuntura propicia con los socialistas en un acuerdo con pocos precedentes, y una portavoz en horas bajas y dificultades como Ambrosio y sus irregularidades urbanísticas en su parcela y la invasión de la Cañada Real Soriana que luego, misteriosamente, acabó menguando y archivada.
Era sin duda un presupuesto ambicioso en plena pandemia , pensando todos en que por diciembre acabaría el entuerto sanitario. Largo en el gasto público, del que tanto depende la ciudad, con su primera piedra de financiación del a Base Logística y con un pelotón de obras y proyectos acumulados sin hacer que por sí solos valen por un mandato. En cifras gruesas, el mayor presupuesto de la historia municipalista en Córdoba, que terminó entrando en vigor en mayo y que es ahora cuando empieza a sacar iniciativas de la mesa de contratación al ritmo de paquidermo con el que las cosas de Capitulares caminan.
Sin embargo, e l escenario venidero este 2022 no pinta tan claro en la aprobación de los presupuestos municipales . Las elecciones andaluzas , que podrían celebrarse en junio, marcarán el primer cuatrimestre político a diente de perro y, por ende, ni Vox ni, por supuesto, el PSOE van a apoyar esas cuentas , por muy óptimas y necesarias que sean siempre para una ciudad.
Aunque en este tramo final de 2021 ha habido contactos entre populares y el partido que apoyó su investidura en 2019 de cara a sacar adelante esas cuentas, no ha habido grandes avances y todo apunta a que los de Abascal se cobrarán facturas pendientes , tanto por el patio político andaluz -donde habrá tierra de por medio entre ambas formaciones- como por el desmarque de Bellido con Ambrosio que neutralizó la presión de Vox el año pasado. Tampoco desde la bancada del PSOE se puede esperar tregua con el nuevo equipo de Espadas y un grupo municipal de Córdoba que tendrá que dilucidar su propio futuro en 2023 .
Sin más opciones -porque ni Podemos ni Izquierda Unida van a secundar al cogobierno-, y si la cintura política del alcalde no lo evita, éste parece a bocado a prorrogar las cuentas de 2021, a ejecutar en 2022 lo que reza en sus partidas, pero terminar el año y medio de mandato que resta prácticamente con el mismo dibujo contable, a no ser que pasado el temporal electoralista, sean capaces de cerrar el presupuesto de 2023. Una mala noticia, sin duda, en tiempos recios, revueltos e inestables.