Pretérito Imperfecto
Córdoba y el arte contemporáneo
No es de recibo que en cuatro años el dispendio económico e icono arquitectónico del C3A arroje tan pobres resultados
La cuestión no es si el arte contemporáneo tiene cabida en Córdoba , si hay que apostar por centros expositivos de esta índole o si la idiosincracia cultural y turística que se ha forjado entronca con la singularidad de este tipo de manifestación creativa, su comprensión y atractivo. Su pedagogía y disfrute. Su enfoque. Aviso a navegantes.
La falla que dejó el fiasco de la Ciudad Cultural Europea 2016 arrastra la orfandad sobre una hoja de ruta de la cultura, unas pautas estratégicas, unas líneas maestras de lo que somos y queremos ser y una apuesta decidida pero bien enfocada sobre el repertorio que debe atesorar Córdoba y su propuesta sobre la cultura, alejada, en mi opinión, tanto de tópicos como de estridencias caprichosas.
La izquierda cree que lo sabe todo y pontifica con lagunas en lo básico. La derecha aspira de mala forma a contrarrestar unas carencias que no acierta o se preocupa en enmendar -con grandes salvedades-.
Pero lo que no puede ser de recibo es que cuatro años después de que el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) , con sede en el parque de Miraflores de Córdoba , abriera sus puertas apenas 96.000 personas hayan entrado por un brillante icono arquitectónico y a la vez símbolo de fracaso en la gestión cultural, entendida ésta no como el regocijo de los ombligos sapientes y coleccionistas, sino del acercamiento a la cultura de la sociedad que los ingentes fondos públicos que se volcaron en la idea por parte del régimen socialista de los ERE (alrededor de 30 millones de euros) propiciaron.
Ni me vale el poco tiempo que se lleva de rodaje ni tampoco el repliegue intelectual de las minorías. En Alicante, Santiago de Compostela, Las Palmas, Valladolid, San Sebastián, León y próximamente Cáceres con la ampliación de la colección de Helga de Alvear ... no hay ni más catetos ni más sibaritas contemporáneos que en Córdoba.
Pero en estas ciudades, del rango de Córdoba -porque no vamos a entrar a comparar con Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga...-, sí cuajan los proyectos contemporáneos. ¿Cuál es el problema entonces? Recientemente, la Consejería de Cultura sacaba a licitación la contratación de un servicio de atención a los visitantes del C3A, cuatro años después!!!, porque una vez que entras, nadie te orienta.
Valga el ejemplo como metáfora de un dispendio presupuestario desaprovechado y con pésimos resultados pese a haber acogido 30 exposiciones con el mejor de los escrutinios. Algo hay de esa maldición que azota a la Córdoba de los tiempos contemporáneos de querer llegar a la cima de la escalera sin pasar los escalones uno a uno. Recuérdese que íbamos a tener hace 20 años el mejor Palacio de Congresos de la Humanidad , y ahí seguimos.
Puede ser un buen momento para que la Junta de Andalucía reflexione de verdad -no quitándose el muerto de encima- en cómo debe encarar la gestión y difusión de un centro atrapado en la simbología de su estética: ‘agujeros’ por todas partes.