PRETÉRITO IMPERFECTO
Alcaldepidemiólogo
El test de hoy no sirve mañana si como ciudadano no cumplo; la pelota vuelve al mismo tejado
La mitad de los brotes de coronavirus se producen en el ámbito familiar y social, según el Ministerio de Sanidad que dirige el socialista Salvador Illa. Es decir, hostelería, espacios públicos, eventos culturales, deportivos o reuniones de amigos ... Cerca del cuarenta por ciento de los casos de Covid-19 detectados salen del mismo círculo, refleja la misma fuente. Que sepamos hasta hoy, los horarios de los bares y restaurantes, la apertura de las instalaciones deportivas, los parques públicos, los mercadillos, las salas de exposiciones o la alteración del orden y la convivencia por las fiestas en una casa particular... son competencia de los ayuntamientos. El control de todo ello y del cumplimiento de las normas municipales corresponde a las respectivas policías locales que dependen, si no ha habido variaciones al respecto en las últimas horas, de los alcaldes. Recordarán el caso del regidor de Lucena hace unas semanas cuando los contagios se dispararon y empezó a reclamar a la Junta de Andalucía un sui generis confinamiento que no amilanara la economía de la que es el corazón fabril y de la actividad, a fin de cuentas, en el centro de la región. El señor alcalde, del Partido Socialista, se puso muy nervioso, como no puede ser de otra manera cuando la expansión se multiplica, pero no quería tomar las decisiones impopulares de cara a sus vecinos. Prefería que fuese Salud quien confinase , por si acaso. El virus político lo llevamos inserto hasta el tuétano en España y todo, absolutamente todo, se mueve en clave política. De ahí que el pulso con el PP que manda en la Junta acabara con un cribado masivo a los lucentinos . Una decisión salomónica que buscaba la fotografía real, descartar o confirmar la transmisión comunitaria. PCR por doquier o tests de antígenos ahora. El resultado fue anecdótico y con las medidas que sí adoptó el alcalde en varias tandas -sin blindaje de movilidad siquiera- la incidencia del coronavirus hoy en la urbe lucentina está cinco veces por debajo de lo que llegó a estar. Y todos sabían a la perfección por dónde había prendido la mecha: los bautizos descontrolados, los mercadillos , el contacto social y la relajación en el control del cumplimiento de las medidas -alguna que otra cuita interna con la Policía Local-. Parecía lógico esperar al efecto de las medidas antes de habilitar otras restricciones. Sin embargo, en las filas socialistas de la provincia tocan a rebato en su legítima (acertada o no ya se verá) oposición tras perder el poder eterno. Quieren el milagro de los PCR y los cribados , y ahí que se plantó antier el líder del PSOE en Córdoba con algunos de sus alcaldes que tienen ahora una incidencia elevada mostrando el «abandono» al que les somete Salud junto con sus vecinos. Exigen cribados y PCR para ellos, no a lo mejor para otro pueblo de diferente color. Delicadeza, por encima de todo. Alcaldes que en sus particulares redes sociales hablan con una ligereza asombrosa sobre estadísticas, tasas de incidencia y terminología epidemiológica. A un nivel de experto científico que sorprende -no tanto viendo cuál es el comité de expertos de Sánchez-, pero sin atisbo de autocrítica sobre, por ejemplo, si sus policías locales consienten, vigilan y supervisan el cumplimiento de todas las normas. En terrazas o parcelas, en el parque o en la pista polideportiva. El test de hoy no sirve para mañana si como ciudadano hago lo que me sale de las narices, por lo que la pelota vuelve siempre al mismo tejado: el municipal. Otra cuestión es que se quiera hacer política y oposición -aunque dependa de en que esfera- con estas circunstancias. No recuerdo a estos alcaldes en la primera oleada mostrar su «abandono» ante las mentiras de Simón y compañía. Que la Junta está cometiendo errores, por supuesto. Que la Atención Primaria ahora mismo es un caos, también. Pero, por favor, un poco más de seriedad.
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