Contramiradas
Francisco J. Perea, director del Cervantes de Córdoba: «El contacto con los chicos es insustituible»
El profesor desgrana los retos del futuro de la enseñanza en la era posterior al Covid-19
El que viene no va a ser un curso cualquiera . De hecho, será un curso escolar sin precedentes. Plagado de incertidumbres y amenazas, que pondrán a prueba la capacidad del sistema educativo para adaptarse a un enemigo invisible. Y mortífero. La pandemia ha puesto todo patas arriba. También los centros de enseñanza. Francisco Javier Perea dirige uno de los más emblemáticos de Córdoba: el colegio Cervantes . Al frente de un centro de casi 1.100 alumnos, encara un reto inédito en su ya larga carrera profesional y aprieta las tuercas de un engranaje complejo, arduo e inquietante.
¿Está todo listo para septiembre?
Si hablamos de gel hidroalcohólico , termómetro infrarrojos y mascarillas, sí. Otra cosa es el aspecto no material, que es el más complicado. El 6 de julio, la Junta sacó instrucciones con un anexo sobre prevención . Se dibuja un escenario complicado. Las entradas, los recreos, los desplazamientos por el centro, el comedor, el aula matinal. Compaginar todo eso con la normativa va a ser un encaje de bolillos .
¿Clases reducidas, distancia social, mascarillas obligatorias?
Depende de las instrucciones. Hay una posibilidad que se llama «Grupo Convivencia» , donde no serán obligatorias las mascarillas. Ahí habrá el mínimo de profesores posible y sin contacto con otro grupo. En ese caso, se autorizaría no tener mascarilla. En el resto, sería obligatorio , sobre todo si no se puede guardar metro y medio de pupitre a pupitre.
¿La seguridad con los niños pequeños es imposible?
En Infantil , será fácil la cuestión de los «Grupos Convivencia». La maestra o maestro pasa toda la mañana con ellos y con recreos por turnos. Eso lo veo factible. Otra cosa es Primaria. Seis o siete años. A partir de Tercero, lo vemos bastante complicado y creemos que será imprescindible la utilización de la mascarilla.
¿Y si hay un brote en otoño?
Seguiremos las instrucciones de la Junta. Maneja muchos escenarios. Una sola clase sería aislada . Pero tiene complicaciones grandes y habría que alternar la enseñanza presencial y «online». Otra cosa sería un confinamiento de todo el centro , en un escenario parecido a marzo. Los profesores deben tener previsto dos escenarios: presencial o confinamiento. Será complicado pero estamos preparados. Si a mí me dicen a principios de marzo que todos los profesores iban a trabajar «online» no me lo hubiera creído. Nos fuimos un viernes y el miércoles ya estábamos dando clases «online».
¿La pandemia ha pulverizado el modelo de educación tradicional?
No me atrevo a tanto. ¿Que ha venido a introducir novedades muy positivas? Evidentemente sí. Ahora bien: el contacto es insustituible . Lo que yo capto de un chico viéndolo: sus gestos, su lenguaje no verbal, la sonrisa, la tristeza, la mirada, eso no lo puedo tener «online». La enseñanza no es solo transmitir conocimiento. Si fuera así, hemos encontrado la bicoca. Cada uno en su casa y a decir quién fue Carlos V. Punto. Pero la educación es mucho más . Y más en un colegio marista donde tratamos de transmitir toda una forma de ser persona y entender la vida. Eso no se transmite por ordenador. ¿Se puede ser madre o padre «online»? Difícilmente una persona se puede sentir querida a través del ordenador. Y a un niño no se le puede educar sin amarlo.
¿La educación «online» ha venido para quedarse?
Sí.
Hay quien sostiene que la educación «online» no es educación.
Depende de lo que entendamos por educación. Instrucción sí. La enseñanza «online» facilita la instrucción , sin duda. Es una herramienta útil. Quien no quiera ver eso... Es como si me empeño en tener encima del despacho la máquina de escribir o a mi abuelo le digo que iba a hablar por teléfono en la calle. Él me diría que es imposible. La instrucción «online» ha venido para quedarse . Al menos, por ahora.
¿Los padres han perdido el miedo?
No sé si estoy capacitado para hablar en nombre de los padres. Ha habido un momento a partir del desconfinamiento donde se ha estado más tranquilo. No sé si con los rebrotes ha vuelto el miedo o volverá más cuando nos aproximemos a septiembre .
¿Qué hemos aprendido del coronavirus?
Me gustaría que hubiéramos aprendido a valorar el día a día , pero me temo que los seres humanos somos un poquito cabezones . Especialmente los jóvenes y adolescentes, que dan por normal venir a clase y tener un profesor que se preocupa por ti, o disponer de un cañón y una pantalla, luz eléctrica o pupitres.
¿Estaba el colegio Cervantes preparado para el huracán que hemos vivido?
Viendo cómo ha reaccionado el equipo humano que tenemos, le diría que sí, aunque realmente no lo sabía entonces. La respuesta del alumnado y las familias ha sido impecable . Muchos alumnos se han puesto las pilas en la enseñanza «online».
Dice el fundador de los maristas que para educar un niño hay que amarlo. ¿Aunque sea un rabillo de lagartija?
Sí, especialmente a los rabos de lagartija . Hay una frase de nuestro fundador que decía que «hay que tener intenciones sobrenaturales con los niños». ¿Qué es eso? Que si no somos capaces de amar al que está dando la lata o nos desafía, no estamos siguiendo lo que quiso Marcelino Champagnat.
¿Qué aporta el Cervantes que no aporten los demás colegios e institututos?
Nuestro distintivo es evangelizar a través de la educación de los hijos. Eso implica muchas cosas: la presencia, la escucha, la paciencia, el acompañamiento, atender a quienes tienen muchas necesidades. A quienes defienden que la concertada es para ricos y la pública para pobres, me encantaría que vengan al salón de actos y vean a las familias. ¿A ver si los padres son pudientes? Estamos en un barrio con un porcentaje de paro muy importante.
El alcalde de Córdoba estudió aquí. ¿Tienen al Ayuntamiento de su parte?
Nuestras relaciones con el Ayuntamiento han sido buenas . Es cierto que hay una visión en determinados sectores ideológicos que ven con mejores ojos lo que es la enseñanza concertada. Si nuestro alcalde ha estudiado aquí, imagino que tendrá una buena imagen de la concertada. Otra cosa es que cuando se ponga a gestionar fácil no será. Y buscará el equilibrio. Es un orgullo para nosotros . No solo él, sino el mundo de la medicina o la universidad. Pero igual de orgullosos que con un fontanero que es antiguo alumno. O cuando voy a un súper y un cajero me dice: «Don Javier, ¿se acuerda de mí?»
Vicente Amigo, Javier Campos, Miguel Reina, Alfonso Castilla, José Carlos Gómez Villamandos, Rafael de La-Hoz, Teresa Palacios. ¿Sabe de qué le hablo?
Claro. De antiguos alumnos. Pero me encantaría que en esa lista habláramos también de Teresa López, charcutera ; o de Pepe Fernández, que es dueño de un taller; o de Luis Gómez, dueño de una tienda de motos. Nos enorgullecemos de todos , pero tengo miedo de que un colegio se conozca solamente por sus alumnos de renombre.
¿Cuál es el mayor éxito de un colegio?
Que sus alumnos sean felices y encuentren su vocación en la vida . Que sean abiertos a los demás y que consideren que la vida es servicio. Creas que tus dones te los ha dado Dios, la naturaleza o tus padres. Si la educación no sirve para mejorar a la sociedad, no sirve para nada.
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