SEMBLANZA
Francisco de Alvear, la histórica vida de un bodeguero mecenas y bibliófilo en Montilla
Un siglo y medio se cumple de este empresario que impulsó la bodega y ayudó a diferentes congregaciones religiosas
![Francisco de Alvear, la histórica vida de un bodeguero mecenas y bibliófilo en Montilla](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2019/09/01/s/alvear-retrato-cordoba-kjHF--1248x698@abc.jpg)
Pocas sagas familiares andaluzas tienen detrás tanta historia como los Alvear , bodegueros insignes y tantas cosas más. Su densa genealogía, que se entrecruza entre España y Argentina , está poblada de biografías novelescas, ligadas en muchos casos a la ciudad de Montilla. Allí llegaron en el siglo XVIII y construyeron centuria a centuria la que es hoy la bodega más veterana de Andalucía y una de las más longevas de España . Brillan con luz propia nombres como el del funcionario real Juan Bautista García de Alvear, que fue quien en el siglo XVII dejó su Rioja natal para establecerse en Córdoba, o el de su hijo Diego de Alvear y Escalera, que se estableció la localidad de la Campiña Sur y que fundó la bodega en 1721. Aunque quizá ninguna biografía brille tanto como la del militar y bodeguero Diego de Alvear y Ponce de León, que tras hacer fortuna en América sufrió la muerte de casi toda su familia cuando regresaba para asentarse en España. Ocurrió tal desgracia en el 5 de octubre de 1804 , cuando los ingleses hundieron en el Cabo de Santa María la fragata Nuestra Señora de las Mercedes con su mujer y casi todos sus hijos a bordo, sucesos que noveló la escritora Mari Pau Domínguez en su obra «Las dos vidas del capitán».
Menos famosa, y más reciente en el tiempo, es sin embargo la historia de uno de los nietos de don Diego de Alvear , Francisco de Alvear y Gómez de la Cortina, de cuyo nacimiento se han cumplido este año el 150 aniversario y que falleció hace seis décadas. Un hombre que las fotos muestran siempre con rictus serio y barba quijotesca y que fue fundamental en la modernización de la bodega y en la construcción de la Montilla que hoy conocemos. Fue Francisco de Alvear hombre de profundas convicciones religiosas , mecenas de diversas ordenes religiosas y también bibliófilo, pues los libros fueron una afición que heredó de su padre, el también militar Francisco de Alvear y Ward, y que conservó hasta el final de sus días. De su madre, María Joaquina Gómez de la Cortina, heredó igualmente la condición nobiliaria , que lo llevó a ser Conde de la Cortina, un título con el que ha pasado a la historia montillana.
Tierra de vinos
Francisco Alvear había nacido en Sevilla en el año 1869, cuando aún se olfateaban los humos de la revolución del mes de septiembre anterior. Estudió Derecho en la ciudad hispalense, pero luego nunca llegó a ejercer la abogacía, sino que es estableció en Montilla . Allí desarrolló su vida profesional como empresario una vez que, tras morir su padre, tuvo que ponerse al frente de la bodega con corta edad.
En esta faceta se la atribuyen no pocos logros, pues fue por ejemplo la persona que impulsó la conversión de las Bodegas Alvear en una Sociedad Anónima y unos de los personajes esenciales en el impulso del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles , que pudo constituirse en los años cuarenta del siglo pasado graciasa su impulso. Desarrolló además nuevas técnicas de crianza, que permitieron que los caldos del marco y de su propia bodega ganasen en diversidad de oferta y en singularidad, por lo que es común que se le describa como la persona que modernizó la bodega y que la preparó para los retos que planteaba el siglo XX a cualquier empresa familiar.
La vida del empresario no se quedó sin embargo en el estricto marco de la bodega familiar, sino que su huella quedó honda en algunas de las circunstancias históricas de la primera mitad de la centuria, como ha historiado el jurista José Manuel Pérez-Roldán. Por ejemplo, su nombre aparece a menudo entre la nómina de las personas que ayudaron a que la congregación de los Salesianos se estableciese en la localidad de Montilla, algo que ocurrió en los últimos compases del siglo XIX. Y también es destacada su labor en la reconstrucción del histórico edificio de La Tercia , inmueble de carácter histórico dedicado a la recaudación y la hacienda que el bodeguero se encontró en estado de ruina.
![Bodegas de Alvear](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2019/09/01/s/bodegas-alvear-cordoba-k8bG--510x349@abc.jpg)
El empuje de Alvear permitió que ahí se construyese un espectacular edificio de viviendas de estilo neorenacentista , con una gran torre y que es hoy emblema de la Plaza de la Rosa , en pleno centro del municipio. De esos mismos años, del periodo de entreguerras, es también otra de sus labores más recordadas como promotor del Sindicato Católico de Montilla , de tal modo que, según recuerda Pérez-Roldán, acabaría siendo presidente nacional de estos sindicatos en la década de los años 20.
La Compañía de Jesús fue otra de las congregaciones que se beneficiaron de su labor de mecenazgo , pues también fue decisivo el Conde de la Cortina en la construcción de la actual Basílica Menor de San Juan de Avila, en cuyo interior descansan las reliquias del religioso, patrono del clero secular español y que es lugar de peregrinación del catolicismo.
Dicho templo se levanta justo al lado de donde los jesuitas, en el siglo XVI, habían construido la primitiva iglesia de la Encarnación y cuyas obras de ampliación se quedaron a medias una vez que se produjo en el siglo XVIII la expulsión de esta congregación.
![Alvear en su despacho](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2019/09/01/s/alvear-mecenas-cordoba-k8bG--510x349@abc.jpg)
Alvear y Gómez de la Cortina compró estos terrenos, que habían dejado de ser de la Iglesia tras las desamortizaciones que tuvo lugar en el siglo XIX, reconstruyó la iglesia según el proyecto arquitectónico que se había quedado sin hacer y lo entregó a la Compañía de Jesús para que lo convirtiese en lo que es hoy: uno de los templos más venerados de la Iglesia cordobesa por estar allí los restos de uno de los santos más importantes que ha tenido la Diócesis a lo largo de su historia.
Últimos años
La labor filantrópica del Conde se mantuvo hasta sus últimos días y muestra de ello es la donación que realizó en 1950 para que en uno de los edificios de su propiedad se construyese el Colegio de la Asunción , que aún regentan hoy las Esclavas del Sagrado Corazón . Detrás de este inmueble está la muerte temprana de una de las hijas de Alvear, llamada también Asunción y cuyo recuerdo queda a través de este centro escolar, en el que aún se siguen los preceptos de Marcelo Spínola , obispo, creador de las Esclavas del Sagrado Corazón y con el que el propio conde había tenido relación personal. El colegio, que se fue completando en los años siguientes con la compra de terrenos aledaños, comenzó a funcionar en 1953, por lo que quedó como la última gran obra de mecenazgo religioso y formativo que Alvear impulsó antes de morir seis años después.
Toda este ingente labor empresarial y social la completó además el conde con otra pasión que había heredado de su padre, la bibliofilia . Llegó a tener de hecho una de las mejores bibliotecas de la provincia, con especial interés en los temas históricos. Según explica el bibliofilo montillano Manuel Ruiz Luque, «debió haber en ella unos 25 o 30 incunables», lo que da cuenta del interés que el empresario puso en esta pasión.
Aunque esta biblioteca se acabó desperdigando, sí que se mantienen muy vivos recuerdos de las acciones que este empresario realizó en Montilla durante una vida larga y repleta de vivencias. De hecho, donde muchos niños juegan y aprenden cada día resuenan aún las decisiones de un hombre que fue declarado Hijo Adoptivo de Montilla y que también tuvo la distinción de Gran Oficial de la Orden del Sol de Perú .