URBANISMO

La fotografía para la eternidad que quienes diseñaron la Córdoba del siglo XX

El archivo de Víctor Escribano permite rescatar una imagen histórica de una generación de arquitectos decisiva

Arquitectos cordobeses durante una comida en 1949 ARCHIVO VÍCTOR ESCRIBANO UCELAY

Félix Ruiz Cardador

La fotografía que ilustra este texto, hasta hoy inédita, está fechada en 1949. Aparecen en ella doce hombres y es más que probable que sus rostros resulten desconocidos a una gran mayoría de cordobeses de hoy. Lo esencial es que ellos no están, pero sí que quedan sus obras , un legado que los cordobeses se cruzan en su vida cotidiana aunque ni siquiera sepan nada de las personas que estuvieron detrás.

A otro arquitecto actual, a Luis Valdelomar , se le debe el rescate de esta imagen ya histórica y en cierto modo generacional. La localizó mientras organizaba el archivo de su abuelo, que es uno de los personajes que aparecen en ella, el arquitecto municipal Víctor Escribano Ucelay (1913-1986). La encontró en formato pequeño, aunque de gran calidad, y hoy está depositada en el Archivo Municipal después de la cesión que la familia de Escribano hizo de su amplio legado documental .

La Cuesta del Bailío, que debe su aspecto actual a Víctor Escribano Ucelay Valerio Merino

Más allá de estar allí, la fotografía permite dar un paseo por la Córdoba que construyeron estos hombres una vez que las pesquisas y la memoria de varios arquitectos, entre ellos veteranos como Gerardo Olivares , han permitido poner nombre cierto a muchos de los rostros que aparecen en ella. También se saben algunos datos curiosos de la instantánea, como que se tomó durante un almuerzo en el Hotel Brillante , un edifijcio diseñado por Escribano y que hoy es sede del restaurante Pizzaiolo. Otro arquitecto actual, el también profesor Francisco Daroca , es quizá la persona más indicada para hacer de cicerone por el legado que dejaron los protagonistas de la imagen.

Antes y después de la Guerra

Buena parte de ellos, los mayores, comenzaron a levantar sus primeros edificios bastante antes de la Guerra Civil y luego trabajaron casi todos en la ciudad durante los años de la dictadura franquista. Muchos participaron también en el proyecto gubernamental de postguerra llamado Regiones Devastadas y algunos ocuparon posiciones destacadas en las instituciones. Fueron en cierto modo los precursores del principal arquitecto cordobés de la centuria, Rafael de La Hoz-Arderius (1924-2000), que no aparece en la imagen, pues en esa época todavía era estudiante en Madrid.

Uno de los grandes personajes es su padre Rafael de La-Hoz Saldaña (1892-1949) y fundador de un linaje que hoy pervive en su nieto, Rafael de La-Hoz Castanys. Madrileño de origen, aparece el primero por la izquierda y sentado; fue arquitecto de la Diputación y participó de joven en el diseño del Colegio Público Colón , aún en uso, junto a Francisco Azorín Izquierdo . Suya también es la fachada Círculo de la Amistad.

Fachada del Real Círculo de la Amistad, obra de Rafael de La-Hoz Saldaña Valerio Merino

Claves fueron también Víctor Escribano , que aparece el primero por la derecha sentado, y José Rebollo Dicenta (1914-2012), situado el segundo por la izquierda de pie. Ambos compartieron horas y esfuerzos como arquitectos municipales y su legado en la ciudad es enorme. Escribano firmó por ejemplo la reforma del Bailío, de las Doblas, de Medina y Corella o de Cardenal Toledo y edificios tan vividos por miles de cordobeses como el Colegio Cervantes-Maristas o el Colegio Virgen del Carmen , de los Carmelitas Descalzos. Rebollo aportó el diseño de la actual Plaza de Toros , el Teatro de la Axerquía, el Ayuntamiento, varios chalets singulares o viviendas sociales en el Sector Sur.

Cordobés de nacimiento y de obra es por contra otro de los grandes protagonistas de esta foto, Carlos Sáenz de Santamaría , de cuya muerte se cumplirá pronto medio siglo y que aparece el segundo por la izquierda y sentado, con gafas redondas. En su historial tiene el logro de ser la persona que diseñó el pabellón de Córdoba la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. Trabajó Sáenz de Santamaría también mucho para la Iglesia y en colaboración con el obispo Fray Albino diseñó la barriada de Cañero.

Pérgola del Duque de Rivas, obra de Carlos Sáenz de Santamaría Valerio Merino

Obras de este autor son el Jardín de los Plateros del Compás de San Francisco, la Cruz del Rastro o la Pérgola del Paseo de la Victoria , así como numerosas obras de reconstrucción o ampliación de templos religiosos. A ellos, que ocuparon posiciones institucionales destacadas, los acompañan en esta imagen otros arquitectos valiosos. Por ejemplo, Enrique Tienda Pesquero (1894-1972), un tipo singular, viajero incansable, que decidió abandonar la arquitectura en 1937 después de diseñar varios edificios que aún se alzan en Las Tendillas o la Casa Azofra del Calasancio. O Daniel Sánchez Puch , arquitecto sevillano fallecido en 1972 y que, aparte de formar parte del equipo que diseñó la Universidad Laboral y de trabajar para el Ministerio de Vivienda, colaboró en diversas ocasiones con José Rebollo y realizó encargos de la Diócesis.

Identificado está también, el tercero de pie por la derecha, Ángel Marchena , un cacereño que se estableció en Córdoba en los 40 y participó en el diseño arquitectónico de la Delegación de Hacienda. Menos claros quedan por último los nombres del resto de protagonistas de esta imagen, que Francisco Daroca atribuye a otros arquitectos como el cartagenero César Utrilla o el cordobés Enrique García Sanz. También a Rafael García Hernández , Francisco Giménez de la Cruz o José Romeo.

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