Reportaje
La fotografía de los años 20, cuando la imagen se volvió urbanita en Córdoba
Cien años se cumplen del momento en el que los fotógrafos toman distancia de lo típico y monumental para acercarse al documentalismo
LOS años 20 del pasado siglo han pasado a la historia como los felices 20 o los locos 20, con su memoria de noches celebratorias de «ragtime» y «boogie woogie» . Con la I Guerra Mundial concluida, se abría un periodo de paz y expansión , que dio pie a un inusitado dinamismo económico, que luego habría de truncarse al final de la década con el «crash» del 29 hasta oscurecerse del todo en los 30 con conflictos civiles como la guerra española del 36 o la II Guerra Mundial . España, aunque el reinado de Alfonso XIII emanaba ya aroma a crisis , no fue ajena a ese clima.
Es decir, que también aquí se produjo un momento de especial vitalidad en ámbitos como la cultura, con Madrid como gran foco de una bohemia castiza en la que convivían genios y sablistas, o en el urbanismo, ya que se acometieron en esos años numerosas obras para modernizar las ciudades . Lo que se buscaba era adaptarlas a las novedades que llegaban de las grandes capitales y que la población observaba en los cines . En esa ventana que se abría a un mundo global con iconos com o Charles Chaplin o Buster Keaton .
También la fotografía , que había supuesto una gran novedad en el XIX , viró en esos años, al pasar de un interés mayoritario por la postal hacia un embrión de reporterismo gráfico, más cercano a las novedades que se producían en las urbes. La directora del Archivo Municipal, Ana Verdú , en el catálogo de la exposición «Córdoba entre dos siglos», ya fijó hace 25 años que fue en ese momento cuando arrancaba «el documentalismo gráfico», cuyos autores eran, con frecuencia, «reporteros que trabajan para la prensa local, además de realizar fotografías por encargo del Ayuntamiento de Córdoba ».
El valor testimonial de la imagen
Según Verdú, «el poder ejecutivo, consciente del valor testimonial de la fotografía, reclama en esos años insistentemente la presencia del fotógrafo para que de fe de las mejoras de todo tipo —urbanísticas o de servicios— que se realizan en la ciudad». Surgían así, según la especialista, las series hoy tan en boga aún del «antes y el después con el fin de ilustrar los logros del alcalde del momento, contraponiendo la visión de la situación anterior con la conseguida». 1920 fue el año inicial de ese giro, por lo que ahora se cumple el centenario de ese momento en el que la fotografía cordobesa se volvió moderna. Urbanita y realista a su modo.
El Archivo Municipal , accesible en Intertet para cualquier aficionado, ofrece fiel reflejo de ese cambio, que tenía su contexto necesario en los avances que registraba la ciudad. La modernización tenía en realidad su origen en el XIX , cuando las murallas y puertas que habían sido límite y símbolo desde la República romana fueron cayendo a golpe de piqueta para favorecer la expansión. Aun así, también el primer tercio del siglo XX fue dinámico. Se trazó en esos años lo que hoy entendemos como Centro comercial de la ciudad, con actuaciones emblemáticas como el reordenamiento de Las Tendillas, la prolongación de la calle Nueva o Claudio Marcelo, el desarrollo de la calle Cruz Conde , la red de alcantarillado de Ronda de los Tejares o el alineamiento de vías comerciales como J esús y María, Góngora, Gondomar y Concepción . En general, se apostó por el desarrollo de todos esos espacios que iban desde el Casco Histórico hasta la estación de ferrocarril y se fueron abriendo amplias avenidas para los automóviles y algunos espacio verdes para el asueto.
Esta nueva forma de entender la fotografía la fijaron muchos autores que o bien trabajaron en la ciudad o pasaron por ella. Por ejemplo, profesionales de estudio como J ulio César Nogueras o Antonio Linares y reporteros de nuevos medios que nacían como «Córdoba ilustrada» . Incluso así, muchas de las imágenes que quedan de esa Córdoba de expansión y anchos espacios urbanos se mantienen como anónimas, sin que se sepa quienes fueron los autores que dieron testimonio de las transformaciones que se iban realizando en calles, avenidas y plazas de la ciudad.
La memoria colectiva
Entre todos construyeron esa memoria colectiva que aún hoy tiene vigencia diaria en los numerosos que grupos que existen para rescatar la historia de Córdoba en imágenes. Y también fueron el ejemplo a seguir por los grandes fotógrafos de las décadas siguientes, reporteros como Ricardo o Ladis , que en ese momento eran sólo niños y que dejarían constancia más tarde de la Córdoba del Franquismo y de las transformaciones de la segunda mitad del siglo XX . En cierto modo, su legado queda aún hoy en todos esos fotógrafos que cada día recorren la ciudad para dar testimonio de su vida cotidiana. De cualquiera que incluso con el móvil deja constancia de los más mínimos cambios de su costura urbana y callejera.