Foro Cultural ABC Córdoba
Amor y fe en la Córdoba del siglo X, el relato de Isabel San Sebastián en 'Las campanas de Santiago'
Este martes 18, a las 20.00 horas en el Real Círculo de la Amistad, la periodista y escritora presenta su última novela
Cuando Isabel San Sebastián dice que está deseando de llegar a Córdoba con ‘Las campanas de Santiago’ no es cumplido. Su novela, editada por, lleva casi un año en la calle, pero su primera presentación presencial, con público, será el próximo martes 18 de mayo dentro del Foro Cultural de ABC a las 20.00 horas en el Real Círculo de la Amistad .
La escritora y periodista lo hará además en la ciudad en que, como ella reconoce, más que un escenario es casi protagonista de la trama, como ella misma reconoce. ‘Las campanas de Santiago’ cuenta la historia de Tiago , un hombre cristiano al que las tropas de Almanzor convierten en cautivo y le hacen viajar a Córdoba para llevarse las campanas de la iglesia en que se veneran los restos del apóstol. Es también la historia de Mencía , su esposa, que espera un hijo.
«El amor y la fe , que entonces es muy importante, es la tabla de salvación a la que se aferran para tener esperanza» en que el futuro sea mejor, dice la articulista de ABC, que ve en su relación características ideales : «Es un amor puro , inmaculado e incondicional ». Propio también de quien apenas tenía nada más.
Eso tiene su explicación. Isabel San Sebastián recuerda que en el siglo XXI se vive « muy a largo plazo », con una esperanza de vida larga, pero entonces, en el siglo X, «uno no sabía ni siba a llegar vivo al día siguiente». El cristianismo y la religión funcionaban como la esperanza de una vida mejor , y de hecho la Iglesia había definido en época muy temprana el suicido como un pecado mortal «porque mucha gente era incapaz de resisitir las dificultades de la vida ».
«En el siglo X uno no sabía si iba a llegar vivo al día siguiente. La fe era esperanza en una vida mejor»
El profeta ordenaba retirar las campanas de las ciudades que se conquistaban, pero las de Santiago eran especiales. Ya en aquel momento «eran el segundo lugar más importante de peregrinación para los cristianos, después de Roma, o incluso en algunos momentos por encima». Allí estaban los restos de uno de los apóstoles preferidos por Jesús, y llevarse las campanas, que según la tradición se fundieron para construir lámparas en la Mezquita de Córdoba, tenía un enorme valor simbólico .
Junto al amor que hace luchar a Mencía y Tiago, en ‘Las campanas de Santiago’ tiene un protagonismo fundamental Almanzor, un personaje poderoso y cruel . «Es despiadado siempre, porque accede al poder aupado sobre el asesinato no sólo de cristianos, sino de musulmanes. Su primer paso hacia la escalada se produjo presentándose voluntario para ejecutar sin ningún tipo de motivo al hermano del califa muerto», relata.
La destrucción de Al Zahira
Isabel San Sebastián observa que su periodo «es tan glorioso y luminoso en sus luces como tenebroso en sus sombras, pero también conservó el esplendor de los califas y acrecentó inmensamente la riqueza de Córdoba con incursiones en el norte cristiano en que acumula mucho botín».
Como muchos de los que se han acercado a esta parte de la historia de Córdoba, Isabel San Sebastián se ha preguntado qué sucedió con Medina Al Zahira , la ciudad que se hizo construir el caudillo islámico a imitación de Medina Azahara. Los historiadores y arqueólogos todavía no han podido encontrar ni su ubicación en el mapa ni mucho menos restos físicos.
El final de la novela cuenta cómo, a la muerte de su creador, el pueblo muestra su cólera y su inquina al personaje destruyéndola. Explica el motivo: «Almanzor se había querido comparar con el califa , que lo es por ser descendiente directo del profeta Mahoma». La multitud destruyó la ciudad que había hecho para su residencia por inquina a él y a a los abusos de sus hijos, algo parecido a lo que pasa «con quienes no llegan al poder de forma legítima, cuyo legado se disuelve como un azucarillo cuando mueren». «De hecho la destrucción fue tan grande que todavía no se han encontrado sus ruinas », dice la escritora.
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