Solidaridad
La formación, el camino al futuro de Prode de Córdoba
La Fundación cuenta con cursos homologados para que personas con discapacidad intelectual sean dueñas de su futuro

«QUIERO acabar el curso y conseguir un trabajo ». «Quiero ser independiente». Estas son las motivaciones que más repiten los alumnos de Joyería , Cocina e Inglés de la Escuela de Formación Profesional que la Fundación Prode —oenegé que atiende a 982 personas con discapacidad intelectual y a sus familias en la provincia de Córdoba — a un mes de acabar el primer curso académico en unas instalaciones que aún huelen a nuevo.
Álex, metódico y disciplinado con los utensilios de joyería, lo tiene claro: «Yo ya sé cómo mejorar la el sistema de trabajo del taller para que los joyeros estén más cómodos en sus puestos de trabajo». Está deseando hacer prácticas. Isabel, también sabe perfectamente dónde quiere acabar de formarse: «En la platería de los hermanos Cerezo de la Judería porque me encanta la filigrana », como bien demuestra pues lleva colgante y pendientes de esta artesanía cordobesa.
Su profesor, que también ha dado clase en la Escuela de Joyería , Antonio Fuentes , diferencia. «En Prode la dosis de paciencia que hace falta puede ser más alta pero, en cambio, no me importa repetir las cosas más porque la motivación es mucho mayor, hay más ganas de aprender, y hasta que no les sale perfecto, no pasan a la siguiente tarea».
Complicidad
La complicidad entre alumnos y maestro se palpa en el ambiente. «Trabajamos mucho tanto el programa pedagógico como las habilidades y destrezas, la motricidad fina», explica a este periódico Leonor Ibáñez, responsable de Formación de la escuela. Por su parte, el director de la misma, Alfonso Yun, subraya la importancia de contar con «un catálogo de cursos homologados y acreditados por el SEPE y la Junta de Andalucía que vamos actualizando continuamente atendiendo a las necesidades de nuestros usuarios con las máximas garantías de seguridad y totalmente adaptados curricularmente; a los alumnos se les hacen entrevistas personalizadas para garantizar su aprovechamiento».
En la web de la Fundación Prode cuentan con toda la información sobre los próximos cursos, de cara al próximo curso académico para que las personas interesadas puedan tramitar su solicitud. Los requisitos son siempre, en primera instancia, contar con, al menos, un 33 por ciento de discapacidad intelectual, indican desde Prode .
Un 'Chicote' particular
Uno de los cursos más divertidos —que no quiere decir que no sea estricto, a la par que encantador— es el del particular ‘ Chicote ’ de Prode, el maestro y chef profesional Fernando . Los alumnos aprenden a manejarse profesionalmente entre fogones. y aunque el ‘maestro’ es bastante disciplinado, el alumnado ya maneja a la perfección los utensilios, hace elabora platos menus completos y, sobre todo, «aunque tengo que ir indicándoles, no les falta predisposición, tienen muchas ganas de trabajar». Algo que corroboran Isabel y Rebeca que aseguran casi al unísono que: «lo que queremos es trabajar ya donde sea».
Y es que «las personas con discapacidad pueden desempeñar cualquier trabajo siempre que cuenten con las instrucciones adecuadas y tengan una metodología de aprendizaje que nada tiene que ver con cómo ha sido la enseñanza tradicional» explica Eulalio Fernández, el profesor del curso de Inglés experto académico en enseñanza de lenguas extranjeras a personas con discapacidad visual y auditiva.
Dos de sus alumnos en el curso de Prode , Curra, profesional del Turismo y Rubén, quiromasajista, a la salida del curso cuentan lo satisfechos que están de estar en un curso donde «por fin» la metodología de enseñanza tiene en cuenta sus capacidades. «Hemos aprendido más inglés desde febrero que en todos los años de vida académica estudiando inglés ».