Del flamenco metrosexual a la mirada triste de una vecina de Córdoba

José Antonio Nieto llevaba dos años, o casi, como alcalde de Córdoba, cuando sorprendió a propios y extraños con la elección de un cartel para las fiestas de Mayo de 2013 que dio mucho que hablar: se trataba de una pintura obra de la montillana María José Ruiz protagonizada por un joven bien parecido de tez morena ataviado con un típico sombrero cordobés y una camisa blanca. En la mano llevaba un catavino y dos claveles. Uno de los aspectos que causó más polémica fue que el hombre vestía pantalones vaqueros.

Ahora, el bipartito del PSOE e Izquierda Unida ha vuelto a romper moldes con una imagen para promocionar las fiestas mayores de la ciudad en la que también aparece como pieza principal una persona en tono desenfadado, pero esta vez es una mujer. También lleva vaqueros, pero nada de entallados en unas curvas perfectas y moldeadas en un gimnasio (de hecho, el modelo de Ruiz era un deportista): la chica que ha pintado Rafael Cervantes Gallardo tiene una planta más corriente, menos atenta a cómo le queden los pantalanes y más a disfrutar de las fiestas de la ciudad (a su manera, porque tampoco es que desprenda una energía contagiosa).

Extraña también que la mujer entrada en la treintena mire al espectador del cartel con un gesto triste, nada divertido ni oferente como el del flamenco que defendió el PP. Lleva un abanico en la mano, mientras que su predecesor como explorador del Mayo cordobés en tejanos sostenía dos claveles. Los ojos lánguidos de la modelo están en consonancia con el fondo del cartel, de tonos apagados y hasta tenebrosos.